Ante la epidemia, San Carlos Borromeo pidió al pueblo recurrir a la oración y la penitencia
Cuando una severa epidemia azotó Milán, San Carlos Borromeo estaba convencido de que aquello era un azote enviado por el Cielo en castigo por los pecados del pueblo, y de que para remediarla era preciso recurrir a medios espirituales: la oración y la penitencia.