San Agustín y su enseñanza sobre las dos ciudades

San Agustín, siguiendo a San Pablo nos enseña que, así como Cristo es la cabeza de la Ciudad de Dios y el demonio es cabeza de la ciudad terrena, del mismo modo hay dos pueblos: el de los hombres que ponen su fin en la tierra esperando todo de ella, y el de los hombres que todo lo esperan del espíritu. Los que tienen su corazón en la tierra y los que lo tienen en las cosas del cielo.

Mártir de la caridad

San Maximiliano Kolbe, «el Mártir de la caridad»

A los 12 años de edad, el joven Maximiliano María Kolbe preguntó a la Santísima Virgen María que sería de su vida. En sueños la misma Inmaculada sin mancha, le ofreció dos coronas. La blanca que significaba la pureza y la roja el martirio. Él aceptó ambas.  Su vida concluye como una ofrenda, pues se ofreció como víctima en el campo de concentración de Auschwitz para salvar a un padre de familia.

La humildad y la perseverancia del Santo Cura de Ars

La humildad y la perseverancia del Santo Cura de Ars

La oración, la dedicación y la humildad fueron las tres armas con las que San Juan Bautista María Vianney configuró su vida y alcanzó la santidad. En él se ha cumplido lo que dijo San Pablo: «Dios ha escogido lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir a los grandes». Pidamos al Santo Patrono de los Sacerdotes y Párrocos que conceda a cada uno de ellos, un profundo amor a la Eucaristía y celo por la salvación de las almas.

Las espeluznantes torturas que sufrieron los mártires jesuitas en manos de los iroqueses en Canadá

Las espeluznantes torturas que sufrieron los mártires jesuitas en manos de los iroqueses en Canadá

A mediados del siglo XVII, las tierras canadienses fueron bañadas por la sangre de los 8 mártires de la Compañía de Jesús. Estos valientes misioneros recibieron las más crueles y espantosas torturas por parte de las tribus caníbales de aquel lugar, y aun en las peores circunstancias, no sucumbieron ante los enemigos que con saña descuartizaban a sus víctimas.

Fe, la lección del Apóstol Santo Tomás

Fe, la lección del Apóstol Santo Tomás

El episodio más famoso en el que aparece el Apóstol Santo Tomás en la Sagrada Escritura es el de su duda con relación a la Resurrección de Cristo, y su posterior confesión de fe cuando ve al Resucitado, exclamando profundamente: «¡Señor mío y Dios mío!». Ante tal escepticismo, Nuestro Señor le dice: «Tú crees porque me has visto. Bienaventurados los que creen sin haber visto».

Mortificación y paciencia de San Francisco de Sales

Mortificación y paciencia de San Francisco de Sales

La primera lección que nos enseña San Francisco de Sales para la adquisición de las virtudes «es el conocimiento de uno mismo». La mansedumbre y la humildad son el cimiento de la adquisición de todas las demás virtudes, pues sólo puede dominarse a sí mismo aquél que reconoce su flaqueza y está dispuesto a doblegar la voluntad.

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