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San Josemaría Escrivá el santo de lo ordinario

Al sacerdote español San Josemaría Escrivá se lo conoce como «el santo de la vida ordinaria», ya que se dedicó a predicar que todos están llamados a la santidad en el trabajo y las responsabilidades cotidianas.
San Josemaria Escriva

Con información de OpusDei.org

Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902.
Es el fundador del Opus Dei [La Obra de Dios], una asociación que busca ayudar a las personas a alcanzar la santidad en su profesión y oficio. San Josemaría Fallece en Roma el 26 de junio de 1975.

El Santo español dedicó su vida a predicar sobre «la llamada universal a la santidad». Así lo predicaba: «Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo».

Al recordar su fiesta litúrgica, 26 de Junio, compartimos los pensamientos de San Josemaría Escrivá sobre el trabajo y la santidad, temas con los que supo llegar a la gente.

Dios está en tu trabajo

– En la línea del horizonte, hijos, parecen unirse el cielo y la tierra, pero no: donde en verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria.

– ¿Cuál trabajo es mejor: el intelectual o el manual? Aquel que se haga con más amor de Dios”.

– En un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo… Dios nos espera cada día.

– Meteos en todos los sitios… en donde una persona honrada puede vivir. Ahí tenemos nosotros aire para respirar. Ahí debemos estar con nuestra alegría, con la paz interior, con nuestro afán de llevar las almas a Cristo.

Hacer el trabajo con excelencia

– Hay que hacer un trabajo bien hecho, no hay que hacer chapuzas… Si quieren mucho a una mujer, no le ofrecen algo que no valga nada; le ofrecen algo que cuesta un sacrificio. Pues a Dios le debemos ofrecer nuestro trabajo, y se lo debemos ofrecer bien hecho.

– Le debemos de poner ilusión, gusto [al trabajo], porque de esta manera ganas dinero y levantas la posición de los tuyos, pero además por dar gusto a Dios… además, porque el trabajo es una oración; además, porque el trabajo dignifica.

– Procura hacerlo bien, a conciencia, de modo que el Señor esté contento de ti, y ese día has dado un paso en el camino hacia el cielo.

– Tenemos que vivir en la tierra, y cada uno vivir de su esfuerzo.

– Ofrecerás a Dios durante el día tu trabajo profesional, de modo que a él le agrade, lo harás cada día mejor: con más rectitud, con más empeño, con más afecto; pensando no solo en ti y en los tuyos, sino en la sociedad entera, en los demás.

El trabajo y la oración

– Ten relaciones públicas y privadas con el Señor. Búscalo para todo. Acércate al Padre del cielo, dile que lo quieres, díselo cariñosamente muchas veces al día. Mientras estás con las oraciones públicas en la tierra, relaciones públicas del cielo.

– Debemos estar derechos, valientes, sirviendo al Señor en medio de la calle, en medio de todo; siendo un buen amigo de tus colegas y además un ejemplo para tus colegas.

– Habla con el Señor: ‘¡Que me canso, Señor, que no puedo más! ¡Que esto no me sale! ¡Cómo lo harías!.

– Tu trabajo es oración, tu trabajo hecho con mucha ilusión y por amor, además por la ilusión de ganar dinero, ¿por qué no?.

Demasiado trabajo

– Te pasará, hijo mío, lo que a todo mundo le pasa: que cada día necesitaría 24 horas más, porque llegarás muchas veces a la noche con muchas cosas sin hacer. No te preocupes; estate tranquilo, sereno. Y después de una cosa, haz otra, tranquilo, como si no tuvieras que hacer más que aquella otra cosa. No pienses en las demás, termina bien las que estás haciendo.

-¡No es verdad que tus días son iguales! Si pones amor en tus días, cada día es distinto.

-Yo te aconsejaría el estar con tus hijos como el principal de tus trabajos.

El trato con personas

-Tú eres un gran cristiano si sonríes siempre… pero no sonrías solo por hacerte amable, ni por vender más, sino por amor de Jesucristo; porque sabes que tienes la obligación de contribuir a la felicidad de todos.

Dinero y generosidad

-Es justo que el que trabaja gane dinero. Y es justo que ese dinero lo empleéis bien, primero que nade para la familia, para vuestro hogar, etc. Pero el Señor os quiere generosos… Por lo tanto, habéis de hacer un pequeño esfuerzo. Debéis pensar en Dios y en los demás por Dios.

Los hijos de Dios hemos de ser contemplativos: personas que, en medio del fragor de la muchedumbre, sabemos encontrar el silencio del alma en coloquio permanente con el Señor, nos deja como enseñanza el Santo español.

Finalmente algunos Consejos de San Josemaría Escrivá que nos ayudaran a ser mejores cristianos.

1) Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios en acción de gracias muchas veces al día. – Porque te da esto y aquello. – Porque te despreciaron. – Porque no tienes lo que necesitas, o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también vuestra Madre. – Porque él creó el Sol y la Luna y este animal y esa planta. – Porque hizo elocuente a aquel hombre y tú eras difícil de hablar… Dale gracias por todo, porque todo es bueno.

2) Para un apóstol moderno, una hora de estudio es una hora de oración.

3) Pon un motivo sobrenatural en tu actividad profesional diaria, y tendrás un trabajo santificado.

4) Hazlo todo por Amor. – Entonces no hay cosas pequeñas: todo es grande. – La perseverancia en las cosas pequeñas, para el Amor, es heroísmo.

5) En la sencillez de tu trabajo habitual, en los detalles monótonos de cada día, tienes que descubrir el secreto -para tantos escondido- de la grandeza y la novedad: el Amor.

6) Como cristiano, siempre debes llevar tu Crucifijo contigo y colocarlo en tu mesa de trabajo. Y bésalo antes de darte a descansar y despertar.

7) Pon una imagen de Nuestra Señora en tu mesa de trabajo, en tu habitación, en tu cartera… Te alcanzará, ¡te lo garantizo! – la fuerza necesaria para hacer de tu ocupación un diálogo amoroso con Dios.

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