Superman: «El que vino de otro mundo para salvar el nuestro»

Buscamos en este espacio encontrar, en las producciones cinematográficas de nuestro tiempo, virtudes en los protagonistas de las historias de la pantalla gigante. Esas virtudes no son fáciles de encontrar pues algunos héroes no siempre mueven a sus adeptos hacia el bien, sino hacia sus propios defectos tenidos en nuestra sociedad a veces incluso como buenos. Este no es el caso de Superman, en quien encontramos incontables virtudes, pero esta vez no hablaremos sobre sus virtudes sino cómo es una imagen, aunque imperfecta de Jesucristo.

Misionero en tierras lejanas

Un misionero en tierras lejanas: P. Federico Highton

«Cuéntame la historia de ese Dios». Estos son los frutos de evangelización de un misionero en el Tíbet; su nombre es Federico Juan Highton, un sacerdote argentino que desarrolla su labor evangelizadora en la meseta tibetana, territorio donde hay miles de aldeas que nunca han escuchado hablar de Jesús pero que al ver un crucifijo o escuchar el Evangelio por primera vez, quieren saber más «de ese Dios».

El horror al sufrimiento nos imposibilita alcanzar la santidad

El horror al sufrimiento nos imposibilita alcanzar la santidad

Como el oro se limpia y purifica en el crisol, así el alma se embellece y abrillanta con la áspera lima del dolor. Todo pecado, por insignificante que parezca, es un desorden y, por lo mismo, es una deformidad, una verdadera fealdad del alma, ya que la belleza, como es sabido, no es otra cosa que «el esplendor del orden». Por consiguiente, todo aquello que por su misma naturaleza tienda a destruir el pecado o a borrar sus huellas tiene forzosamente que embellecer el alma. He ahí por qué el dolor purifica y hermosea nuestras almas.

¡Ante todo, el deber de estado!

Los estados de la vida son los caminos que, según el orden de la divina Providencia, nos guían y nos llevan a nuestro último fin. Es una tentación imaginarnos que obraríamos mejor en otro estado que en el que hemos abrazado. ¡Qué error no ocupar la imaginación sino en lo que se haría si se estuviera en otro puesto, y no cuidar de cumplir con las obligaciones del empleo que se tiene!

El laico esta llamado a santificarse en el mundo «mediante el ejercicio de sus propias tareas»

«Es urgente, hoy más que nunca, que todos los cristianos vuelvan a emprender el camino de la renovación evangélica, acogiendo generosamente la invitación del apóstol a ser “santos en toda la conducta”», ésta es la llamada de atención que en su momento realizó el Papa Juan Pablo II, a través de la Exhortación Apostólica Christifideles Laici, a todos los laicos del mundo, de modo que puedan vivir a plenitud el llamado «a la santidad y a la perfección en el propio estado».

El Catequista: un apóstol siempre actual

La vida espiritual del catequista se centra en una profunda comunión de fe y amor con la persona de Jesús que lo ha llamado y lo envía. La manera más adecuada para alcanzar ese alto grado de madurez interior es una intensa vida sacramental y de oración.

El dogma de la Asunción de Nuestra Señora

El Dogma de la Asunción de Nuestra Señora

Luego de que concluyera la obra redentora de Nuestro Señor en la tierra, la Santísima Virgen María no quedó dormida en el sueño profundo de la muerte, sino que fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Un episodio que debe llenarnos de alegría, pues es para nosotros una señal esperanzadora, ya que si somos fieles y pacientes como lo fue María, nuestra residencia también será el cielo.

Libertad y responsabilidad del acto humano

La Libertad y la responsabilidad del acto humano

La persona humana es un ser libre por cuanto está a su arbitrio elegir aquel tipo de conducta que le permite alcanzar su propia perfección. Ahora bien, en la situación actual del hombre, como consecuencia del pecado original, el hombre, aunque no deja de ser libre, tiene inclinación al pecado , sin embargo, ayudado por la gracia de Dios, puede vencer las dificultades y practicar el bien.

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