Parábola de las 10 vírgenes

Parábola de las 10 vírgenes

(Mateo 25, 1-13) «Llegó el esposo; y las que estaban prontas, entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras vírgenes y dijeron: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él respondió y dijo: “En verdad, os digo, no os conozco”. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora”.».

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«¿De quién es esta imagen?»

«¿De quién es esta imagen?»

(Mateo 22, 15-21) «Mostradme la moneda del tributo. Y le presentaron un denario. Preguntóles: “¿De quien es esta figura y la leyenda?” Le respondieron: “del César”. Entonces les dijo: “Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”».

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Sobre el temor desordenado y el santo Temor de Dios

Sobre el temor desordenado y el santo Temor de Dios

(Mateo 10, 26-33) «A todo aquel que me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de mi Padre celestial;  mas a quien me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de mi Padre celestial».

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Vivir esperando la vida eterna

Vivir esperando la vida eterna

(Marcos 12, 18-27) «¿No erráis, acaso, por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios? Porque, cuando resuciten de entre los muertos, no se casarán (los hombres), ni se darán en matrimonio (las mujeres), sino que serán como ángeles en el cielo»

San Agustín y su enseñanza sobre las dos ciudades

San Agustín, siguiendo a San Pablo nos enseña que, así como Cristo es la cabeza de la Ciudad de Dios y el demonio es cabeza de la ciudad terrena, del mismo modo hay dos pueblos: el de los hombres que ponen su fin en la tierra esperando todo de ella, y el de los hombres que todo lo esperan del espíritu. Los que tienen su corazón en la tierra y los que lo tienen en las cosas del cielo.

San José figura de Dios

San José, figura de Dios Padre

Es notorio cómo José estaba siempre a la escucha, no aferrándose a sus iniciativas sino pendiente de la Voluntad de Dios para cada situación. Su apertura, docilidad y obediencia a Dios fue lo que permitió que llegaran a plenitud los planes… para los inicios de la Redención.

Las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas

(Mateo 5, 1-12) «Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos»

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