Audacia apostólica
(Lucas 5, 17-26) Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados».
(Lucas 5, 17-26) Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados».
(Lucas 8, 16-18) «Nada hay oculto que no deba ser manifestado, ni nada secreto que no deba ser conocido y sacado a luz»
(Lucas 8, 1-3) «En el tiempo siguiente anduvo caminando por ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del reino de Dios, y con Él los Doce, y también algunas mujeres, que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades»
(Mateo 23, 13-22) «Quien jura por el altar, nada importa; mas quien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado»
(Mateo 20, 1-16) «¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada?»
(Marcos 11, 27-33) «¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?»
(Mateo 20, 1-16) «[…]¿has de ser tú envidioso, porque yo soy bueno?”. Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos»
Responsabilidades graves exigen cualidades exigentes, la importancia de la catequesis, de la transmisión misma de la fe en Cristo resucitado exige catequistas humildes, con fe, devotos e íntegros, para gloria de Dios y su Santa Iglesia.
Es una omisión terrible lo que hacen muchas personas con sus familiares enfermos, a quienes no disponen convenientemente, en caso de peligro de muerte, para recibir los santos sacramentos. Para un cristiano la enfermedad y la muerte pueden y deben ser medios para santificarse y redimir con Cristo; a esto ayuda la Unción de los Enfermos.
(Mateo 14, 13-21) El Señor nos invita a ser desprendidos y dar a los demás aquello que poseemos, por más mínimo que sea.
Live del Padre Miguel en la víspera de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús sobre el espíritu que debe mover a los cristianos en la conquista del mundo para Cristo.
«Id y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñadlas a observar todas las cosas que os he mandado» (Mateo 28, 19-20). ¿Cómo quedar inactivos ante el mandato supremo del Señor? Si las misiones están en el corazón de Jesucristo, para el cristianismo la obra misional constituye un asunto de honor. Salgamos pues a las calles a invitar a todos al banquete de los cielos.
El anuncio del evangelio requiere obreros que realicen el mandato de nuestro Señor Jesucristo: «Id y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
«Cuéntame la historia de ese Dios». Estos son los frutos de evangelización de un misionero en el Tíbet; su nombre es Federico Juan Highton, un sacerdote argentino que desarrolla su labor evangelizadora en la meseta tibetana, territorio donde hay miles de aldeas que nunca han escuchado hablar de Jesús pero que al ver un crucifijo o escuchar el Evangelio por primera vez, quieren saber más «de ese Dios».
La vida espiritual del catequista se centra en una profunda comunión de fe y amor con la persona de Jesús que lo ha llamado y lo envía. La manera más adecuada para alcanzar ese alto grado de madurez interior es una intensa vida sacramental y de oración.
Una mera bendición sacerdotal, aun en tierras paganas de idolatría y satanismo, destruye las obras de los demonios, que huyen espantados como quien huye del fuego. Este es el Testimonio del Padre Federico, Misionero en el Malawi, sobre la bendición sacerdotal en tierras paganas de idolatría y satanismo, que destruye las obras de los demonios.
Incontables e impresionantes son los testimonios de cada misionero; familias enteras que se bautizan, hermanos que vuelven a la fe verdadera.
Nuestra querida Chiquitunga, un gran ejemplo de vida apostólica, quien sin respetos humanos ni miedos, como veremos en esta anécdota recogida en el Libro «La misericordia sonriente» de Felipe Sáinz de Baranda, predica a un comunista y lo convierte, lo cual constituye un milagro en vida de la futura beata.
La vida del católico es una constante lucha para alcanzar la santidad, y cada día de vida que Dios nos regala es una nueva oportunidad para lograrlo. Por eso hoy te compartimos algunas actividades que puedes realizar todas las mañanas para fortalecer tu vida espiritual y acercarte más a la santidad que Dios quiere de ti.
Una historia de misiones, de aquellas que impresionan a los niños.