Cuando el Señor dice: «Denles ustedes de comer» no nos habla simplemente del alimento que sacia el cuerpo, sino que también nos invita a una donación total de nuestro ser y dar a los demás lo poco que poseemos. «A cualquiera que te pida algo, dáselo» (Lucas 6, 30)
Ser desprendidos y generosos de las cosas materiales nos ayudará a compartir con los demás nuestros «cinco panes y dos pescados».
Evangelio según san Mateo 14, 13-21
«Denles ustedes de comer»
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer».
Pero Jesús les replicó: «No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer». Ellos le contestaron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados». Él les dijo: «Tráiganmelos». Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.