Significado de la imagen del Sagrado Corazón
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús es una predicación sencilla y continua, pero que exhorta e insta al amor y confianza que debemos tener en Dios.
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús es una predicación sencilla y continua, pero que exhorta e insta al amor y confianza que debemos tener en Dios.
Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación, en la cual, el pan y el vino, se convierten tras la consagración del sacerdote en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena.
Oración para la consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús.
Esta fiesta fue aprobada en primer lugar en Polonia y España por el papa Clemente XIII, en el año 1756. En 1856 Pío IX extendió la fiesta del Corazón de Jesús a toda la Iglesia. En 1889, con León XII, se elevó a la categoría litúrgica y Pablo VI la proclamó como Solemnidad.
Iniciemos con fervor esta Novena, a fin de reparar las ofensas cometidas contra el Sacratísimo Corazón de Jesús, manantial de amor y misericordia.
El lunes siguiente a Pentecostés se celebra el Memorial de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia. En el decreto emitido por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos explican que esta celebración «nos ayudará a recordar que el crecimiento en la vida cristiana debe estar anclado al Misterio de la Cruz, a la oblación de Cristo en el banquete Eucarístico y la Madre del Redentor y Madre de los redimidos, la Virgen que hace su ofrenda a Dios».
¿Por qué construir un nuevo templo? ¿Deben los nuevos templos solamente responder a necesidades funcionales y prácticas del culto cristiano? ¿Es necesario hacer teología para tener criterios definidos en la construcción de un nuevo templo?
El temor excesivo bloquea nuestra mente espiritual. Bloquea nuestra fe. Nos olvidamos de la presencia de Dios en nuestra vida. Nos olvidamos de que ese Padre bondadoso no nos puede fallar. Uno de los textos más asombrosos de la Biblia es el capítulo sexto de San Mateo. Ahí Jesús garantiza que si buscamos el reino de Dios y su justicia, todo se nos dará por añadidura (Mt 6, 31-34).
El jesuita Claudio de La Colombière, que por su sabiduría y santidad no solo ayudó a entender los designios de Dios para el alma de Santa Margarita, sino que ayudó a la propagación de esta amorosa devoción.
Estas armas espirituales permitieron que Santa Margarita María de Alacoque fuera creciendo en santidad y que poco a poco Jesucristo le revelara algunos deseos de su corazón.
Preparémonos para la gran fiesta de Pentecostés, oremos y reflexionemos en torno a este misterio de amor.
Volvamos a recuperar, nuestra tradición católica, de tener en cada hogar, una pequeña pila de agua bendita (benditera) para que nos acostumbremos a tomarla y pedir el auxilio Divino antes de iniciar nuestra jornada, al salir de casa y regresar.
El «detente» es un pequeño emblema con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Es propio de quien ama, llevar consigo un signo de su amado.
Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo.
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos. «…y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia» (Diario, 723).
«A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso» (Diario, 1075).
Instrucciones que se convirtieron en el arma de Sor Faustina en la lucha contra el maligno.
Nuestro Señor Jesucristo encomendó a Sor Faustina Kowalska adorar la hora de su muerte: «Cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par para cada alma», (Diario, 1572).
Nuestro Señor Jesucristo encomendó a Sor Faustina Kowalska adorar la hora de su muerte: «Cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola (…)»