Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo

«Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?»

(Mateo 16, 13-20) «Respondiole Simón Pedro y dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Entonces Jesús le dijo: “Bienaventurado eres, Simón Bar-Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre celestial».

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San Pío X y su deseo de «Restaurar todas las cosas en Cristo»

San Pío X fue ante todo un gran reformador. Con más de 45 años de experiencia pastoral, hizo como pontífice lo que siempre venía haciendo, sólo que ahora a escala mundial. Así pues, le dio una profunda atención al catecismo, facilitó la comunión frecuente para los fieles y la liberó para los niños —lo cual le valió el título de Papa de la Eucaristía—.

Pedir aunque parezca que Dios no escucha

Pedir aunque parezca que Dios no escucha

(Mateo 15, 21-28) «Ella, no obstante, vino a prosternarse delante de Él y dijo: “¡Señor, socórreme!” Mas Él respondió: “No está bien tomar el pan de los hijos para echarlo a los perros”. Y ella dijo: “Sí, Señor, pero los perritos también comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños”».

«¡Qué grande es tu fe!»

«¡Qué grande es tu fe!»

(Mateo 15, 21-28) «He ahí que una mujer cananea venida de ese territorio, dio voces diciendo: “¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio”».

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Santa Elena y la cruz de Cristo: entre la historia y la leyenda

Santa Elena y la cruz de Cristo: entre la historia y la leyenda

El hallazgo del Santo Madero es un hecho histórico que sucedió realmente, enriquecido posteriormente por la compleja tradición de la Inventio Crucis, atribuida a Santa Elena. A ella se debe el mérito de haber llevado a Constantino hacia la tolerancia y la promoción del cristianismo, que llevaron a la cristianización del Imperio, fundamento de la Europa cristiana.

Matrimonio y virginidad

(Mateo 19, 3-12) «A causa de la dureza de vuestros corazones, os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Mas Yo os digo, quien repudia a su mujer salvo el caso de adulterio, y se casa con otra, comete adulterio, y el que se casa con una repudiada, comete adulterio»

Depender del Padre

Depender del Padre

(Mateo 18, 1-5. 10. 12-14) «Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo»

La barca y las tempestades

La barca y las tempestades

(Mateo 14, 22-33) Jesús y dijo: «¡Animo! soy Yo. No temáis». Entonces, respondió Pedro y le dijo: «Señor, si eres Tú, mándame ir a Ti sobre las aguas». Él le dijo: «¡Ven!». Y Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!».

«Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»

«Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»

(Mateo 14, 22-33) «Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: “¡Señor, sálvame!”. Al punto Jesús tendió la mano, y lo tomó con fuerza diciéndole: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?”

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Santa Clara y el milagro Eucarístico contra los enemigos

Santa Clara de Asís es recordada por su gran devoción a la Eucaristía, así como por su vida de humildad, pobreza, sacrificio y oración. Durante su vida, se documentaron varios milagros, entre ellos una historia en particular en la que salvó a su convento de San Damián y la ciudad de Asís gracias al poder del Santísimo Sacramento.

San Lorenzo y la Riqueza de la Iglesia

San Lorenzo y las Riquezas de la Iglesia

San Lorenzo vivió el drama de la persecución en el año 258 d.C. Cuando se proclamó el edicto del emperador Valeriano por el que todos los obispos, presbíteros y diáconos debían morir. Lorenzo no se desanimó, pues anhelaba morir por Cristo y su Iglesia y pasar por el martirio como muchos Santos. Mientras su fe era probada exclamó con fuerzas: «Recibe, oh Señor, este holocausto como una agradable fragancia».

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