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San Ramón Nonato, Confesor

(Lucas 4, 31-37) «¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios»
San Ramón Nonato, Confesor

Evangelio según san Lucas 4, 31-37

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:
«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal! de él».

Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:

«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.

***

Memoria de San Ramón Nonato

Martirologio Romano: En Cardona, de Cataluña, San Ramón Nonato, que fue uno de los primeros socios de san Pedro Nolasco en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos (c. 1240).

Fecha de canonización: Su culto fue confirmado en 1657 por el Papa Alajandro VII

Patronato: mujeres embarazadas, de las parturientas, madres que dan de lactar, de los niños, de los inocentes.

San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.

Su epíteto nonnatus (en latín: no nacido) se deriva de haber sido extraído del útero de su madre por cesárea después de que ella hubiera fallecido.

A San Ramón se le encomiendó la misión de rescatar a los católicos esclavizados en África, cuando se le acaba el dinero, se ofreció a mismo como intercambio para salvar así a más presos católicos. Durante su cautiverio evangelizó a muchos musulmanes y reafirmo en la fe a varios compañeros de prisión.

También te puede interesar: Oraciones a San Ramón Nonato, patrono de las embarazadas y parteras

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Esta homilía apareció por primera vez aquí el  31 de agosto de 2022
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