Evangelio según san Lucas 1, 26-38
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el Papa San Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario.
La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.
Promesas del Rosario
- Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
- Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
- El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
- Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
- El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
- Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
- Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
- Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
- Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
- Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
- Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
- Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
- Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.
- Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
- La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
Bendiciones del Rosario según el Magisterio de los Papas
- Los pecadores obtienen el perdón.
- Las almas sedientas se sacian.
- Los que están atados ven sus lazos desechos.
- Los que lloran hallan alegría.
- Los que son tentados hallan tranquilidad.
- Los pobres son socorridos.
- Los religiosos son reformados.
- Los ignorantes son instruidos.
- Los vivos triunfan sobre la vanidad.
- Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios
Beneficios del Rosario según san Luis María Grignion de Montfort
- Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
- Purifica nuestras almas del pecado.
- Nos permite vencer a nuestros enemigos.
- Nos facilita la práctica de las virtudes.
- Nos aviva el amor de Jesucristo.
- Nos enriquece con gracias y méritos
- Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres y nos consigue de Dios toda clase de gracias.
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