(Marcos 2, 1-12) «¿Por qué discurrís así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados»
Autor: Padre Miguel Martínez
Sacerdote. De la Comunidad Misionera de Jesús en la Diócesis de Ciudad del Este. Mi apostolado principal ha sido la formación de la juventud y de los laicos en general. Mis áreas de interés en el estudio son la Filosofía, la Liturgia y las Sagradas Escrituras.
(Marcos 1, 40-45) «¡Mira! No digas nada a nadie; mas anda a mostrarte al sacerdote, y presenta, por tu curación, la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio»
(Juan 1, 35-42) Le dijeron: «Rabí, –que se traduce: Maestro–, ¿dónde moras?» Él les dijo: «Venid y veréis». Fueron entonces y vieron dónde moraba, y se quedaron con Él ese día.
¿Por qué existiría un lugar de tormento si Dios es infinitamente misericordioso? Este es tan solo uno de los tantos argumentos de aquellos viven esta vida como si nuestras acciones no tuvieran consecuencias y no recibiremos ningun castigo por ellas.
(Marcos 1, 29-39) «Vamos a otra parte, a las aldeas vecinas, para que predique allí también. Porque a eso salí»
(Marcos 1, 7-11) «... Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo»
(Marcos 6, 45-52) Mas Él, al instante, les habló y les dijo: «¡Animo! soy Yo. No tengáis miedo». Subió entonces con ellos a la barca, y se calmó el viento.
(Marcos 1, 7-11) Y sucedió que en aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el Jordán. Y al momento de salir del agua, vió entreabrirse los cielos, y al Espíritu que, en forma de paloma, descendía sobre Él. Y sonó una voz del cielo: «Tú eres el Hijo mío amado, en Ti me complazco»
(Mateo 2, 1-12) «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo»
[Homilía Diaria] Memoria de San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno
(Mateo 23, 8-12) «Ten ánimo, porque así como has dado testimonio de Mí en Jerusalén, así has de dar testimonio también en Roma»
(Lucas 2, 16-21) «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del niño»
(Lucas 2, 22. 36-40) «Y cuando hubieron cumplido todo lo que era exigido por la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret en Galilea. El niño crecía y se robustecía, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él»
(Lucas 2, 22-35) «Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, según tu palabra, porque han visto mis ojos tu salvación, que preparaste a la faz de todos los pueblos. Luz para revelarse a los gentiles, y para gloria de Israel, tu pueblo»
(Mateo 2, 13-18) «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto, donde permanecerás, hasta que yo te avise. Porque Herodes va a buscar al niño para matarlo»
(Lucas 2, 22-40) «Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, según tu palabra , porque han visto mis ojos tu salvación, que preparaste a la faz de todos los pueblos. Luz para revelarse a los gentiles, y para gloria de Israel, tu pueblo»
(Mateo 2, 1-12) «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo»
(Mateo 10, 17-22) «Porque no sois vosotros los que habláis, sino que el Espíritu de vuestro Padre es quien, habla en vosotros»
«El verbo eterno se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1.14), prestos para celebrar este gran misterio de nuestra fe, el Padre Miguel Martínez nos deja un Mensaje Navideño para comprender y amar de una manera distinta la Natividad de nuestro Señor Jesucristo.
En la Liturgia, todo lo que es importante y sagrado se cubre con un velo. Así el sagrario, el cáliz antes de la Misa, el copón con las Hostias consagradas y aún el mismo sacerdote celebrante con sus vestimentas sagradas. Como la mujer tiene una gran dignidad por su maternidad, entonces el velo es el mejor modo de simbolizar esa altura y honra femenina.
(Lucas 2, 1-14) «Gloria Dios en las alturas, y en la tierra paz entre hombres de la buena voluntad»