Remedios contra la tibieza  de San Alfonso María de Ligorio

Algunos se desaniman pensando que ya nunca lograrán salir de ese mar de tibieza espiritual en el cual se están ahogando. Pero a estos hay que responder con las palabras que el Ángel Gabriel le dijo a María cuando parecía que la anciana Isabel ya nunca podría tener hijos: «Lo que es imposible para las criaturas, es posible para Dios. Para Dios ninguna cosa es imposible» (Lc.1-37) o aquellas bellísimas palabras de San Pablo que jamás debemos dejar de recordar: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filp. 4-13).

Los santos y sus experiencias con las almas en el purgatorio

Los santos y sus experiencias con las almas en el purgatorio

Nuestro Señor nos enseña que vamos a
rendir cuentas por cada palabra que decimos y que no dejaremos la prisión hasta que no hayamos pagado hasta el último céntimo (Mt 5, 26). ¿Es de asombrarse que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto tiempo? Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más larga que la gente puede imaginar.

La muerte de un cristiano ¿Cómo nos preparamos para ella?

La muerte de un cristiano ¿Cómo nos preparamos para ella?

Todos los hombres tendremos que pasar por el inevitable trance de la muerte, después del cual nuestra alma se presentará ante el trono de la justicia de Dios y recibirá la sentencia eterna; Jesucristo, Nuestro Señor nos juzgará en el amor. Entonces, ¿Cómo debe morir un cristiano? ¿Cómo debe prepararse para ese gran momento?

Los grandes daños que ocasionan la tristeza

Los grandes daños que ocasionan la tristeza

Decía San Francisco que mucho se alegra el demonio cuando el corazón de uno está triste; porque fácilmente le ahoga en la tristeza y desesperación. Al que anda triste y melancólico, el demonio lo lleva a caer en gran desconfianza y desesperación, como hizo con Caín y con Judas.

El demonio y sus mentiras

Muchos cristianos han reducido los mandamientos de Dios a no matar y a no robar, olvidándose de que existen otros mandamientos, pues el demonio ha conseguido hacernos creer que no tenemos ningún pecado, la conclusión siguiente es creernos ya salvados. ¡Qué mentira tan grande! ¿Cómo hemos sido capaces de caer en esa trampa?

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