¿Siempre es pecado sentir rabia?

¿Es pecado enojarse?

A veces podemos usar palabras duras y fuertes para despertar la conciencia de las personas que no quieren convertirse, pero debemos hacerlo con caridad y no con rabia o enojo.

Chesterton predijo nuestros tiempos oscuros

GK Chesterton predijo nuestros tiempos oscuros

Hace más de un siglo, Gilbert K. Chesterton escribió una obra maestra titulada «La balada del caballo blanco», que narra la historia de un rey que deambula con tristeza por su reino una vez católico, ahora invadido por daneses paganos. En la obra se observa la lucha por la verdad, la bondad y la belleza en un mundo caído.

Los doce grados del orgullo

El orgullo y sus doce grados

«La soberbia es el principio de todo pecado.» (Ecles 10,15) Y, qué difícil será salvarse a los soberbios: «la soberbia es signo clarísimo de reprobación, mientras que la humildad lo es de predestinación» (San Gregorio Magno).

La confesión frecuente y una homilía del Santo Cura de Ars sobre la tibieza

La confesión frecuente y una homilía del Santo Cura de Ars sobre la tibieza

El hombre cuando peca se asemeja al enfermo con su enfermedad. Para el sacerdote, ministro del perdón, al igual que el médico, le es imposible recetar la medicina adecuada si el paciente no revela los síntomas de su enfermedad. La confesión habitual de los pecados ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu.

El horror al sufrimiento nos imposibilita alcanzar la santidad

El horror al sufrimiento nos imposibilita alcanzar la santidad

Como el oro se limpia y purifica en el crisol, así el alma se embellece y abrillanta con la áspera lima del dolor. Todo pecado, por insignificante que parezca, es un desorden y, por lo mismo, es una deformidad, una verdadera fealdad del alma, ya que la belleza, como es sabido, no es otra cosa que «el esplendor del orden». Por consiguiente, todo aquello que por su misma naturaleza tienda a destruir el pecado o a borrar sus huellas tiene forzosamente que embellecer el alma. He ahí por qué el dolor purifica y hermosea nuestras almas.

Las principales puertas del infierno

Muy ancho es el camino que conduce al Infierno, y muy grande el número de los que entran en él. El Infierno tiene muchas puertas; mas estas puertas están sobre la Tierra. Estas puertas son los vicios por los cuales los hombres ofenden al Señor y llaman sobre sí los castigos y la muerte eterna.

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