El defecto dominante
(Lucas 9, 51-56) «Señor, ¿quieres que mandemos que el fuego caiga del cielo, y los consuma?»
(Lucas 9, 51-56) «Señor, ¿quieres que mandemos que el fuego caiga del cielo, y los consuma?»
(Lucas 9, 18-22) Un día que estaba orando a solas, hallándose con Él sus discípulos, les hizo esta pregunta: “¿Quién dicen las gentes que soy Yo?”
(Lucas 9, 7-9) «El rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse»
(Lucas 9, 1-6) Habiendo llamado a los Doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para curar enfermedades. Y los envió a pregonar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
(Lucas 8, 16-18) «Nada hay oculto que no deba ser manifestado, ni nada secreto que no deba ser conocido y sacado a luz»
(Marcos 9, 30-37) «Si alguno quiere, ser el primero, deberá ser el último de todos y el servidor de todos»
(Lucas 8, 4-15) A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios; en cuanto a los demás (se les habla) por parábolas, para que «mirando, no vean; y oyendo, no entiendan»
(Lucas 8, 1-3) «En el tiempo siguiente anduvo caminando por ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del reino de Dios, y con Él los Doce, y también algunas mujeres, que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades»
(Lucas 7, 31-35) «Porque vino Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y vosotros decís: ‘Está endemoniado’»
(Lucas 7, 11-17) Al verla, el Señor movido de misericordia hacia ella, le dijo: «No llores»
(Lucas 6, 43-49) «¿Por qué me llamáis: “Señor, Señor”, si no hacéis lo que Yo digo? Yo os mostraré a quien se parece todo el que viene a Mí, y oye mis palabras y las pone en práctica»
(Lucas 6, 6-11) «Os pregunto: ¿Es lícito, en sábado, hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o dejarla perder?»
(Marcos 7, 31-37) Y en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo hizo bien: hace oír a los sordos, y hablar a los mudos»
(Lucas 5, 1-11) «Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no pescamos nada, pero, sobre tu palabra, echaré las redes»
(Lucas 4, 38-44) «[…] todos los que tenían enfermos, cualquiera que fuese su mal, se los trajeron, y Él imponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba»
(Lucas 4, 31-37) «¿Qué cosa es ésta que con imperio y fuerza manda a los espíritus inmundos, y salen?»
(Mateo 25, 1-13) «¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas […]»
(Mateo 23, 13-22) «Quien jura por el altar, nada importa; mas quien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado»
(Juan 6, 60-69) «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios»
(Mateo 22, 1-14) «Las bodas están preparadas, mas los convidados no eran dignos. Id, pues, a las encrucijadas de los caminos, y a todos cuantos halléis, invitadlos a las bodas»