Nunca estamos solos
(Juan 16, 29-33) «[…] Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo»
(Juan 16, 29-33) «[…] Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo»
(Juan 16, 16-20) «Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará».
(Juan 14 , 1-12) «No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones.[…]»
(Juan 14, 1-6) «No se turbe vuestro corazón: creed en Dios, creed también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; y si no, os lo habría dicho, puesto que voy a preparar lugar para vosotros[…]»
(Juan 10, 22-30) «Ya se lo he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas[…]»
(Juan 10, 1-10) «[…] Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia»
(Juan 6, 52-59) «Este es el pan bajado del cielo, no como aquel que comieron los padres, los cuales murieron. El que come este pan vivirá eternamente»
(Juan 20, 19-31) Tomás respondió y le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «Porque me has visto, has creído; dichosos los que han creído sin haber visto».
(Juan 11, 45-57) «Vosotros no entendéis nada, y no discurrís que os es preferible que un solo hombre muera por todo el pueblo, antes que todo el pueblo perezca»
(Juan 8, 51-59) Jesús dijo a los judíos: «Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre»
(Juan 11, 1-45) «Lázaro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado allí, para que crean. Ahora, vamos allá»
(Juan 5, 31-47) El Padre que me envió, dio testimonio de Mí. Y vosotros ni habéis jamás oído su voz, ni visto su semblante, ni tampoco tenéis su palabra morando en vosotros, puesto que no creéis a quien Él envió.
(Lucas 2, 41-51) «Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? Tu padre y yo, te estábamos buscando con angustia»
(Marcos 9, 2-13) Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»
(Marcos 8, 27-33) «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro le respondió: «Tú eres el Mesías». Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.
(Marcos 8, 22-26) «Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan»
(Marcos 7, 31-37) Y en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo hizo bien: hace oír a los sordos, y hablar a los mudos»
(Marcos 6, 53-56) «Apenas salieron de la barca, lo conocieron, y recorrieron toda esa región; y empezaron a transportar en camillas los enfermos a los lugars donde oían que Él estaba»
(Lucas 2, 22-40) Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén a fin de presentarlo al Señor, según está escrito en la Ley de Moisés: «Todo varón primer nacido será llamado santo para el Señor».
(Marcos 5, 21-43) «¿Por qué este tumulto y estas lamentaciones? La niña no ha muerto, sino que duerme»
Esto te permitirá poder pagar más rápido la próxima vez, en el catastro te haremos unas preguntas de seguridad, los datos de tarjeta de crédito no son guardados en este sitio web, sino procesados en un ambiente seguro en Bancard.
Cargando.. aguarde unos segundos..