Buscar la conversión de los hermanos
(Mateo 18, 15-20) «pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos»
(Mateo 18, 15-20) «pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos»
(Marcos 12, 13-17) «[…] ¿Es lícito pagar el tributo al César o no? ¿Pagaremos o no pagaremos?”»
(Marcos 12, 1-12) Pero aquellos viñadores se dijeron unos a otros: «Éste es el heredero. Venid, matémoslo, y la herencia será nuestra»
(Juan 19, 25-27) Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba, dijo a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Después dijo al discípulo: «He ahí a tu madre». Y desde este momento el discípulo la recibió consigo.
(Mateo 22, 15-21) «Mostradme la moneda del tributo. Y le presentaron un denario. Preguntóles: “¿De quien es esta figura y la leyenda?” Le respondieron: “del César”. Entonces les dijo: “Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”».
(Mateo 18, 15-20) «En verdad, os digo, si dos de entre vosotros sobre la tierra se concertaren acerca de toda cosa que pidan, les vendrá de mi Padre celestial. Porque allí donde dos o tres están reunidos por causa mía, allí estoy Yo en medio de ellos».
(Mateo 16, 13-20) «Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos».
(Mateo 14, 22-33) Jesús y dijo: «¡Animo! soy Yo. No temáis». Entonces, respondió Pedro y le dijo: «Señor, si eres Tú, mándame ir a Ti sobre las aguas». Él le dijo: «¡Ven!». Y Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!».
«Cuando se quiere destruir la religión, se comienza atacando al sacerdote, porque donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde ya no hay sacrificio, no hay más religión. Todas las buenas obras en el mundo juntas no son equivalentes al sacrificio de la Misa, porque son las obras de los hombres, y la Santa Misa es la obra de Dios. No se puede recordar un solo beneficio de Dios sin encontrar, junto a ese recuerdo, la imagen del sacerdote», decía el Cura de Ars.
(Mateo 13, 1-9) «[…]Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga»
(Mateo 9, 18-26) Mas Jesús, volviéndose, la miro y dijo: «Confianza, hija, tu fe te ha sanado». Y quedó sana desde aquella hora.
(Lucas 15, 1-10) Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’.
Responsabilidades graves exigen cualidades exigentes, la importancia de la catequesis, de la transmisión misma de la fe en Cristo resucitado exige catequistas humildes, con fe, devotos e íntegros, para gloria de Dios y su Santa Iglesia.
Hace poco más de 50 años, Pablo VI escribió la encíclica Humanae Vitae. Su intención, en palabras de Benedicto XVI, era «defender el amor contra la sexualidad como consumo, el futuro contra la pretensión exclusiva del presente y la naturaleza del hombre contra su manipulación». En esta encíclica, el papa explica la postura de la Iglesia sobre la paternidad responsable y la planificación familiar.
Matthieu Faucher es ateo pero no fundamentalista. Tampoco inculto. Y por ello consideró que era su deber llenar esa laguna de conocimiento: «Enseñé cultura, no catecismo», dijo. Aun así, fue denunciado por proselitismo religioso.
La Iglesia Católica sanciona con pena canónica de excomunión el delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae” (CIC can. 1398) Y los políticos que votan y promueven el aborto ¿están o no excomulgados?, el P. Javier Olivera Ravasi responde a este cuestionamiento.
El Papa Francisco convocó un Año dedicado a San José. Esta gran celebración entorno al Santo Patriarca, inició 8 de diciembre y concluirá el 8 de diciembre del 2021, durante el cual la Iglesia concederá indulgencias plenarias a todo el orbe católico.
La liturgia es «el culto público que nuestro Redentor rinde al Padre como Cabeza de la Iglesia, y es el culto que la sociedad de los fieles rinde a su Cabeza, y, por medio de ella, al Padre eterno; es el culto integral del Cuerpo místico de Jesucristo; de la Cabeza y de sus miembros». Así, el hombre se incorpora al Cuerpo Místico de Jesucristo y recibe la vida divina que brota de Su Cuerpo y Sangre preciosísimos: «la Iglesia vive de la Eucaristía».
La pasión de Carlo fue Jesús en la Eucaristía, “mi autopista hacia el Cielo”. Decía que hoy en día somos más afortunados que los mismos apóstoles porque para estar con Cristo solo tenemos que ir a una iglesia y sentarnos delante del sagrario, mientras que en tiempos de Jesús todos le rodeaban y querían tocarle.
Al contrario de lo que los medios de comunicación quieren hacernos creer, no, no estamos viviendo una situación «sin precedentes». Para los católicos, ninguna tragedia es absolutamente nueva, ya que nuestra propia religión nació del dolor de la Cruz.