Las tentaciones de Jesús
(Lucas 4, 1-13) «En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio»
(Lucas 4, 1-13) «En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio»
(Marcos 7, 24-30) Ella le contestó diciendo: «Sí, Señor, pero también los perritos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos». Entonces Él le dijo: «¡Anda! Por lo que has dicho, el demonio ha salido de tu hija»
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
(Lucas 11, 15-26) «Mas si por el dedo de Dios echo Yo los demonios, es que ya llegó a vosotros el reino de Dios»
El Santo Cura de Ars nos recuerda que las tentaciones son necesarias en la vida del hombre para recordarle su pequeñez y volcar su confianza en Dios. Por ello, nos recomienda tres cosas que son absolutamente necesarias en la hora de luchar contra la tentación: la Oración, para aclararnos; los Sacramentos, para fortalecernos; y la Vigilancia para preservarnos.
(Lucas 11, 14-23) «Estaba Jesús echando un demonio, el cual era mudo. Cuando hubo salido el demonio, el mudo habló. Y las muchedumbres estaban maravilladas»
La estrategia fundamental para evitar la tentación fue sugerida por Nuestro Señor cuando dijo a los discípulos en Getsemaní: «Velad y orad para que no accedáis a la tentación» (Mt. 26, 41).
Ante el aumento de la actividad demoníaca denunciada por los exorcistas, dos sacerdotes dedicados a este ministerio en Estados Unidos instaron a los fieles a alejarse del mal y del pecado, aprovechando lo que Dios ofrece para proteger al hombre.
Entre los muchos sacramentales de la Iglesia Católica, el Escapulario del Carmen es uno de los más populares. A lo largo de la historia, este sacramental ha ayudado a innumerables almas cristianas y ha demostrado ser una poderosa defensa contra el maligno.
En su momento, Mons. Fulton Sheen identificó tres signos que caracterizan lo diabólico del mundo presente: la desnudez, la violencia y la división, características que adquieren hoy tintes proféticos
Un hombre que durante 6 años fue agredido por el diablo, cuenta cómo el exorcista Gabriele Amorth le libró de la posesión. De por medio, ayuno y oración para ayudar a la liberación demoníaca.
«Yo, la Hermana Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos del Infierno, para poder hablar a las almas sobre esto y para poder dar testimonio de su existencia. He recibido el mandato de Dios de dejarlo por escrito». Una experiencia aterradora narrada en primera persona por Sor Faustina Kowalska para que seamos conscientes de las consecuencias de nuestras acciones.
Muchos cristianos han reducido los mandamientos de Dios a no matar y a no robar, olvidándose de que existen otros mandamientos, pues el demonio ha conseguido hacernos creer que no tenemos ningún pecado, la conclusión siguiente es creernos ya salvados. ¡Qué mentira tan grande! ¿Cómo hemos sido capaces de caer en esa trampa?
Una mera bendición sacerdotal, aun en tierras paganas de idolatría y satanismo, destruye las obras de los demonios, que huyen espantados como quien huye del fuego. Este es el Testimonio del Padre Federico, Misionero en el Malawi, sobre la bendición sacerdotal en tierras paganas de idolatría y satanismo, que destruye las obras de los demonios.
El aborto es una negación espiritual del plan de Dios para la felicidad y el bienestar del ser humano. Cuando Dios dice «¡sí!» a la vida y la fertilidad, el demonio grita un rotundo «¡no!».
La vida de Sandra es una lucha. Desde hace años es atormentada por el demonio, quien no le deja tener
Cristo quiso ser tentado para darnos ejemplo y enseñarnos de qué manera hemos de vencer las tentaciones del demonio. Él salió victorioso en su sacratísima humanidad como signo perenne de que nosotros con su auxilio podemos también obtener la victoria sobre nuestros enemigos.