Vía Crucis
En el Vía Crucis meditamos y recorremos con nuestro Señor Jesucristo el camino hasta la cruz. Su amor sublime hacia toda la humanidad lo lleva a derramar hasta la última gota de sangre por amor a los suyos.
En el Vía Crucis meditamos y recorremos con nuestro Señor Jesucristo el camino hasta la cruz. Su amor sublime hacia toda la humanidad lo lleva a derramar hasta la última gota de sangre por amor a los suyos.
Es común ver que durante la Semana Santa las imágenes de los templos y los crucifijos son cubiertos con una manta color morado, color propio de los tiempos penitenciales de la Iglesia. ¿Pero qué significado tiene esa acción dentro de la Iglesia?
Que padezcan los malos, dirá alguno, es justo; ¿pero los buenos? Los buenos nacen culpables; con las cruces se purifican más y más y aumentan el número de sus coronas; sin las cruces se volverían malos, y no hallaríamos ya conformidad entre ellos y Jesucristo; los buenos sufren para obtener la conversión de los malos y para expiar sus pecados.
¿Qué debe hacer un buen cristiano, por la mañana, cuando se despierta? ¿y por la noche, antes de acostarse, qué se debe hacer? Son cosas que todo católico debería saber, pero no lo sabe, e incluso cuando sabe, no siempre lo pone en práctica.
San José es el santo más silencioso de la Iglesia. No se conocen de él ninguna sola palabra. Y sin embargo, es un gran modelo de obediencia, y de otras virtudes. En este artículo te contamos acerca de él y de la espiritualidad que anima a quienes le tiene devoción, entre ellos, la misma Iglesia.
¿Se puede llevar «con gozo» la cruz? ¿No será masoquismo? En la sociedad en que vivimos, se nos enseña a tenerle «horror» a la cruz, a todo lo que huela a sufrimiento, a renuncia. Se hace propaganda de los mejores colchones para dormir plácidamente. De la mejor almohada. De los zapatos más suaves. Vivimos en una sociedad hedonista que busca el placer a cualquier costo. Se le tiene «horror» a la cruz, al sufrimiento, a la renuncia.
La Cuaresma es el momento de renovar nuestra conciencia de la batalla espiritual a la que nos enfrentamos, el Padre Pío, que fue un testigo constante de la realidad del cielo y el infierno, y la necesidad de ver esta vida como un peregrinaje a nuestro hogar celestial, nos recuerdan lo que realmente importa para este tiempo.
Dos son los actos esenciales de la devoción al Corazón de Jesús: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.
Durante la Cuaresma, muchos católicos tienen la costumbre de hacer propósitos penitenciales, pero son pocos los que conocen la naturaleza y la seriedad de estos votos, que son un compromiso asumido libremente delante Dios. ¿Después de todo, es pecado grave incumplir las promesas de Cuaresma?
Con la imposición de la ceniza se inicia el tiempo de Cuaresma, tiempo litúrgico de cuarenta días, durante el cual los católicos se preparan para la mayor de las alegrías del cristiano, la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Es un tiempo de conversión, donde el morado penitencial adorna las Iglesias del mundo y los cantos penitenciales acompañan los sacrificios y ayunos de los católicos del mundo.
Los santos de ayer y de hoy han enseñado siempre la necesidad de la mortificación para unirse a Cristo. El mismo Cristo practicó la mortificación. ¿Por qué yo no?
Las verdades que Cristo predicó desde lo alto de la montaña continúan siendo válidas para hoy: aparte de la Cruz no existe otra escalera por donde subir al Cielo. La Iglesia Católica siempre ha sostenido que el sacrificio tiene que estar presente en la vida del cristiano, como lo estuvo en la vida de Cristo. El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual.
Los santos nos dicen que no existe santidad sin penitencia. La Santidad es el triunfo de la voluntad, y la penitencia ayuda a ese camino.
¿Que los cristianos han hecho poco caso de los ayunos y penitencias? Muy por el contrario. Eso de menospreciar los ayunos y penitencias es cosa muy de nuestros tiempos. Los primeros cristianos hicieron siempre el esfuerzo de revivir en su existencia cotidiana la Pasión de Cristo como modelo ético permanente. ¿Y tú?
El Ayuno nos ayuda a fortalecer la voluntad para elegir siempre el bien y nos permite abrirnos a la gracia de Dios. Te presentamos unos pasos claros para practicarlo.
El Padre Pío manifiesta a su confesor: «Esta aparición me causó mucho dolor en el cuerpo, y más todavía en el alma, que durante todo el día sentí una gran postración, y hubiera creído morirme si el dulcísimo Jesús no me hubiese sostenido».
Ten siempre presente que el Santo Rosario es un arma muy poderosa. Rezándolo con esta certeza de fe, obtenemos abundantes gracias a través de las manos de María.
Grandes Santos, como Santo Tomás de Aquino, San Alfonso y la Patrona de las Misiones, Santa Teresa de Lisieux, han demostrado de manera sublime su amor al Santísimo Sacramento, dedicando horas y horas adorando a Jesús presente en la Eucaristía. Compartimos estas oraciones, que pueden ayudarnos a la hora de estar frente al Rey de reyes.
Purificar la imaginación es una tarea esencial para quien desea crecer espiritualmente y se vuelve aún más necesaria debido a la facilidad con que hoy tenemos acceso a toda suerte de imágenes.
Pequeños «consejos» del más famoso franciscano del siglo XX.