Cuaresma y transformación del hombre
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
(Lucas 5, 27-32) «No necesitan médico los santos, sino los enfermos. Yo no he venido para convidar al arrepentimiento a los justos sino a los pecadores»
(Marcos 1, 40-45) Entonces, Jesús, movido a compasión, alargó la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero, sé sano». Al punto lo dejó la lepra, y quedó sano.
(Marcos 1, 40-45) Vino a Jesús un leproso, le suplicó y arrodillándose, le dijo: «Si quieres, puedes limpiarme». Entonces, Jesús, movido a compasión, alargó la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero, sé sano».
En este podcast el padre Miguel Martínez comenta los principales eventos de la Historia Sagrada según consta en las Sagradas Escrituras.
(Marcos 1, 29-39) «Vamos a otra parte, a las aldeas vecinas, para que predique allí también. Porque a eso salí»
(Marcos 6, 30-34) Entonces les dijo: «Venid vosotros aparte, a un lugar desierto, para que descanseis un poco»
(Marcos 1, 29-39) Cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te buscan». Respondióles: «Vamos a otra parte, a las aldeas vecinas, para que predique allí también. Porque a eso salí». Y anduvo predicando en sus sinagogas, por toda la Galilea y expulsando a los demonios.
(Lucas 2, 22-40) «Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén a fin de presentarlo al Señor, según está escrito en la Ley de Moisés».
Hubo una época en que los santos formaron a nuestros hijos y nietos, guiándolos por el camino de la virtud, entre ellos, encontramos a San Juan Bosco, para quien el difícil arte de educar se centra en la promoción y el fomento de una serie de acciones y actitudes que los niños y jóvenes necesitan para convertirse en hombres y mujeres de bien.
(Marcos 1, 21-28) «¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a perdernos? Te conozco quién eres: El Santo de Dios»
(Marcos 1, 21-28) «Se encontraba en las sinagogas de ellos un hombre poseído por un espíritu inmundo, el cual gritó: “¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a perdernos? Te conozco quién eres: El Santo de Dios”».
(Lucas 10, 1-9) Curad los enfermos que haya en ella, y decidles: «El reino de Dios está llegando a vosotros»
Celebremos la conversión del apóstol San Pablo, un personaje indiscutiblemente fundamental en la historia de la Iglesia primitiva, que de perseguidor pasó a ser un instrumento escogido por Dios para la extensión del reino de los cielos. Entre tantas conversiones del santoral, la de Pablo es única y ejemplar, pues ocurre algo radical: cae Saulo y se levanta Pablo.
(Juan 15, 9-17) «Como mi Padre me amó, así Yo os he amado: permaneced en mi amor. Si conserváis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que Yo, habiendo conservado los mandamientos de mi Padre, permanezco en su amor»
(Marcos 1, 14-20) Díjoles Jesús: «Venid, seguidme, y Yo os haré pescadores de hombres»
(Juan 1, 35-42) Le dijeron: «Rabí, –que se traduce: Maestro–, ¿dónde moras?» Él les dijo: «Venid y veréis»
(Marcos 1, 7-11) Y sucedió que en aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el Jordán. Y al momento de salir del agua, vio entreabrirse los cielos, y al Espíritu que descendía sobre Él.
(Marcos 1, 7-11) «… Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo»