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San Alberto Magno y las tres llaves para llegar a la santidad

San Alberto reúne en su vida múltiples facetas: científico y teólogo, fraile y místico, obispo y Doctor de la Iglesia. Este Santo recibió tres llaves para llegar a la santidad: enseñar, rezar y estudiar. Enseñó a muchos. Entre otros, a Santo Tomás de Aquino.
San Alberto Magno y las tres llaves para llegar a la santidad

Por Jesús Luis Sacristán

El ambiente de los estudios y la cultura también ha dejado un legado de grandes Santos a la Iglesia. Uno de ellos, es San Alberto Magno, cuya festividad conmemoramos cada 15 de noviembre. En este caso, nos vamos hasta el Danubio, a Launingen, en Alemania, cerca de tierras bávaras. Es en torno al año 1286.

Su familia era de origen militar y Alberto pasó sus primeros momentos en ese lugar. Pero él no presentaba una idea de seguir a la formación del ejército, si no, al contrario, se sentía opuesto a esa empresa. De hecho, en su juventud, lo que hace es seguir una vida de formación intelectual y se imbuye del estudio en Padua.

Varias eran las disciplinas que se estudiaban en aquel entonces y las que cursaba San Alberto, entre ellas el Trivium y el Quadrivium. El Trivium eran los tres caminos para alcanzar la buena elocuencia que abarcaban la gramática, para saber escribir; la retórica para manejar la sabiduría y la dialéctica para lograr un uso correcto del lenguaje y llegar a ser grandes oradores. Por otro lado el Quadrivium que se centraba en las ciencias para así completar el saber, donde se encontraban las matemáticas con la aritmética, la geometría, la astrología y la música. Esos estudios lo llevaron también a París donde frecuentó las aulas.

Pero toda esta formación, fue una manera providencial de que Dios le daba la llave para entrar en el carisma que lo iba a santificar: la Orden de Predicadores. Fruto de esto, le queda claro que su carisma era rezar, estudiar y enseñar. Y por diversos lugares pasó difundiendo estas artes y ciencias que con gran esmero había aprendido. Entre sus alumnos se encontraba Santo Tomás de Aquino.

Para San Alberto el estudio y la oración eran una y la misma cosa, dos aspectos de una misma realidad, la contemplación. Tuvo que defenderse alguna vez de los que, sin entender que el estudio pudiese ser un modo de contemplación, le acusaban de excesivamente «intelectualista». Su actitud era la del aprendizaje: siempre observaba, escuchaba, permanecía atento a cualquier cosa, situación o persona, pues de cualquier parte podía venir un destello de la verdad.

Dice Benedicto XVI sobre nuestro Santo: «Un hombre de fe y de oración, como era San Alberto Magno, puede cultivar serenamente el estudio de las ciencias naturales y avanzar en el conocimiento del micro y del macrocosmos, descubriendo las leyes propias de la materia, porque todo esto concurre a alimentar la sed de Dios y el amor a él».

Como para Alberto, también para todos nosotros la oración personal alimentada por la Palabra del Señor, la participación frecuente en los sacramentos y la dirección espiritual de hombres iluminados son medios para descubrir y seguir la voz de Dios.

San Alberto Magno es recordado como un hombre mortificado, amante de la Eucaristía y de oración ininterrumpida.

En su tiempo la gente lo llamaba «El Magno», el grande, el magnífico, por la sabiduría tan admirable que había logrado conseguir. Lo llamaban también «El Doctor Universal», porque sabía de todo: de ciencias religiosas, de ciencias naturales, de filosofía, etc. Era geógrafo, astrónomo, físico, químico y teólogo. La gente decía «Sabe todo lo que se puede saber” y le daba el título de «Milagro de la época»«Maravilla de conocimientos» y otros más.

San Alberto Magno es recordado como un hombre mortificado, amante de la Eucaristía y de oración ininterrumpida. Se destacó sobre todo por un conocimiento extraordinario en todos los campos. No sólo intelectuales y científicos, sobre todo en ciencias naturales

Se cuenta que un día, siendo aún muy joven, sintió hartura de los estudios que bastante le costaban y agobiaban, y pensó huir del colegio. Cavilando en eso mientras subía una escalera, cuando llegó al final de los escalones una imagen de la Santísima Virgen cobra vida y le dice: «Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a mí que soy “Casa de la Sabiduría”? Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa», dijo Nuestra Señora. «Y para que sepas que fui yo quien te la concedió, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabes», concluyó la Virgen.

San Alberto Magno, dijo el Papa Benedicto XVI, nos recuerda que entre ciencia y fe existe amistad, y que los hombres de ciencia pueden recorrer, mediante su vocación al estudio de la naturaleza, un auténtico y fascinante camino de santidad.

San Alberto Magno: Consejos que daría hoy a los científicos, por Dominicos

San Alberto Magno, como Doctor Universal y Patrono de los que se dedican a los estudios de las Ciencias de la Naturaleza, puede dar algunos consejos a todos los hombres de buena voluntad de hoy:

1º. Sed hombres: pensad, buscando la Verdad. Lo propio del ser humano es pensar y dejarse guiar por el pensamiento, buscando la verdadera Verdad, la que se identifica con la bondad para nosotros y para nuestros semejantes, para la creación entera.

2º. Sed abiertos de la Verdad, venga de donde venga. Abrir los ojos para ver la verdad. Pero no es suficiente ver la verdad,. Hay que discernir la bueno de lo malo, y dentro de lo bueno, lo mejor, y dentro de lo mejor, lo más conveniente aquí y ahora.. La verdad no es patrimonio exclusivo de nadie, ni todos lo podemos todos. Para buscar la verdad nos necesitamos unos a otros.

3º. Defender la verdad humana y la verdad de las cosas creadas, humanamente con razones, con respeto hacia todos. La Verdad divina hay que defenderla, si es preciso, con la sangre.

4º. Ser consecuentes con la verdad. El buscador y defensor de la Verdad tiene que buscar y defender la vida, si quiere ser veraz. La primera consecuencia de la Verdad es la vida, así como la Verdad es la primera consecuencia de la vida.

5º Buscar el bien y evitar el mal, todo mal. Ser conscientes con la verdad de la Vida, es buscar el bien personal y el bien común. El ser humano es solidario de la suerte de sus semejantes. No sólo hay que buscar el alimento corporal para el que no lo tiene, sino también, el alimento de la mente y la formación para que todos puedan llegar un día a producir por sí mismos, aquello de lo que hoy carecen.

6º. Comunicar la Verdad del bien y de la VidaLa Paz. Enseñar es educar para el orden. Propio del sabio es ordenar. Y ordenar es jerarquizar.

San Alberto Magno muere en Colonia el año 1280, dejando un gran legado filosófico y teológico.

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1 comentario en “San Alberto Magno y las tres llaves para llegar a la santidad”

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