Sed santos como Dios es santo
(Mateo 5, 43-48) «[…] Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto»
(Mateo 5, 43-48) «[…] Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto»
(Lucas 13, 1-9) «Mira, tres años hace que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. ¡Córtala! ¿Por qué ha de inutilizar la tierra?»
(Lucas 12, 54-59) Y eso sucede. Hipócritas, sabéis conocer el aspecto de la tierra y del cielo; ¿por qué entonces no conocéis este tiempo?
(Lucas 8, 16-18) «Nada hay oculto que no deba ser manifestado, ni nada secreto que no deba ser conocido y sacado a luz»
(Lucas 6, 6-11) «Os pregunto: ¿Es lícito, en sábado, hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o dejarla perder?»
(Mateo 20, 1-16) «¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada?»
(Mateo 25, 31-46) «Entonces el rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; estaba enfermo, y me visitasteis; estaba preso, y vinisteis a verme”»
(Mateo 24, 42-51) «[…] También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre»
(Mateo 9, 35; 10, 1) «La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos»
(Mateo 10, 26-33) «[…] A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos»
(Juan 17, 1. 20-26) «Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que Tú me amaste esté en ellos, y Yo también esté en ellos»
Al sacerdote español San Josemaría Escrivá se lo conoce como «el santo de la vida ordinaria», ya que se dedicó a predicar que todos están llamados a la santidad en el trabajo y las responsabilidades cotidianas.
El libro de Job nos dice que la vida del hombre es una milicia, es una lucha constante, por lo tanto, nuestra condición normal es estar luchando y combatiendo el duro combate de la fe. San Francisco de Sales nos enseña cuales son las armas de las que debemos revestirnos para perseverar en el combate espiritual y alcanzar la perfección.
San Alberto reúne en su vida múltiples facetas: científico y teólogo, fraile y místico, obispo y Doctor de la Iglesia. Este Santo recibió tres llaves para llegar a la santidad: enseñar, rezar y estudiar. Enseñó a muchos. Entre otros, a Santo Tomás de Aquino.
Estos consejos fueron dados por el Rey San Esteban a su hijo Emerico a fin de que pudiese gobernar con sabiduría, imponerse con dulzura y ser ejemplo de varón católico para gobernar con santidad.
Celia Guérin y Luis Martin cuya memoria conjunta se celebra en la fecha de su boda, 12 de julio, son un matrimonio que supieron alcanzar la santidad en medio del dolor y las alegrías de los asuntos familiares.
Con el cumplimiento del mandamiento más importante de la ley de Dios: «Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo» (Mt 22, 34-40) podemos alcanzar la santidad y la perfección cristiana, es por ello que el P. José María Iraburo nos dirá: «El grado de perfección cristiana es el grado de crecimiento en la caridad».
Los padres encontraban a San José demasiado simple y rutinario; les parecía mal que amara tanto la oración y el trabajo manual.
La pasión de Carlo fue Jesús en la Eucaristía, “mi autopista hacia el Cielo”. Decía que hoy en día somos más afortunados que los mismos apóstoles porque para estar con Cristo solo tenemos que ir a una iglesia y sentarnos delante del sagrario, mientras que en tiempos de Jesús todos le rodeaban y querían tocarle.
Uno de los santos más destacado del siglo XX, el santo de los estigmas, el Padre Pío de Pietrelcina.