El Corazón de Cristo y los sacramentos
(Mateo 11, 25-30) «[…] Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera»
(Mateo 11, 25-30) «[…] Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera»
«Cuando se quiere destruir la religión, se comienza atacando al sacerdote, porque donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde ya no hay sacrificio, no hay más religión. Todas las buenas obras en el mundo juntas no son equivalentes al sacrificio de la Misa, porque son las obras de los hombres, y la Santa Misa es la obra de Dios. No se puede recordar un solo beneficio de Dios sin encontrar, junto a ese recuerdo, la imagen del sacerdote», decía el Cura de Ars.
«En los casos en los que un sacerdote o diácono intentó un bautismo, pero utilizó una forma inválida, hay que volver a examinar la vida sacramental de todos los que pensaban que habían sido bautizados válidamente».
San Alfonso María de Ligorio nos habla sobre la prudente resignación a la voluntad de Dios que debemos tener durante el proceso de las «enfermedades corporales». Toda persona enferma, sin importar el grado de la dolencia, ya leve, ya grave, debe leer este artículo.
El padre McDonagh explica a los lectores que la Iglesia «enseña que hay dos categorías de actividad demoníaca: la actividad ordinaria y la extraordinaria». Según recuerda, «la actividad diabólica ordinaria generalmente está asociada a la tentación y es una batalla de por vida».
Es una omisión terrible lo que hacen muchas personas con sus familiares enfermos, a quienes no disponen convenientemente, en caso de peligro de muerte, para recibir los santos sacramentos. Para un cristiano la enfermedad y la muerte pueden y deben ser medios para santificarse y redimir con Cristo; a esto ayuda la Unción de los Enfermos.
(Mateo 9, 36-38; 10-1-8) «El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios».
«Pero, cuando no puedas tener el gozo de comulgar realmente en la santa Misa, comulga, a lo menos, de corazón y en espíritu, uniéndote, con fervoroso deseo, a esta carne vivificadora del Salvador», recomendaba San Francisco de Sales a las almas piadosas y devotas.
Kevin, con apenas un mes de vida, llegó al hospital sin signos de vida, por lo que el bombero que
El jefe del departamento del Vaticano que supervisa la liturgia está convocando a los fieles católicos a volver a recibir la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas. «El blanco de tiro de Satanás es el sacrificio de la Misa y la presencia real de Jesús en la hostia consagrada. Se necesita volver a pensar en la manera de distribuir la Comunión» Card. Robert Sarah.
El distinguido Padre Jorge Loring escribió en su libro «Para Salvarte» un magnífico examen de conciencia, un poco más detallado de los que se conoce comúnmente, que puede ayudarnos en nuestra búsqueda de la santidad.
El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningún pecado, y, además, añade otro pecado terrible, que se llama sacrilegio.
Los sacerdotes tienen una misión muy grande en la Iglesia. Por eso debemos ayudarlos muchísimo para que la cumplan. Pero no te olvides que tú también tienes una misión en la Iglesia. Cómo dice el final del video: Dios tiene un plan para ti, para hacerte feliz.