Miércoles de Ceniza
(Mateo 6, 1-6. 16-18) «[…] Mas tú, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, a fin de que tu ayuno sea visto, no de las gentes, sino de tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará»
(Mateo 6, 1-6. 16-18) «[…] Mas tú, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, a fin de que tu ayuno sea visto, no de las gentes, sino de tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará»
(Mateo 18, 12-14) «Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió?»
(Lucas 7, 11-17) Al verla, el Señor movido de misericordia hacia ella, le dijo: «No llores»
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
(Lucas 10, 13-16) «Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha; y quien a vosotros rechaza, a Mí me rechaza; ahora bien, quien me rechaza a Mí, rechaza a Aquel que me envió»
El alma y la vida de San Francisco de Asís, «el Pregonero del gran Rey», fueron las de un intrépido apóstol e insigne misionero de su siglo. No fue un predicador profesional. No tenía los estudios teológicos necesarios para emprender la predicación dogmática, el Papa sólo le permitió predicar la moral de la penitencia cristiana. ¡Y con qué maravilloso poder de convicción trató este tema!
(Mateo 24, 42-51) «[…] También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre»
En esta Aula en Vivo, el Padre Miguel habla sobre la historia de la Cuaresma de San Miguel Arcángel, su relación con San Francisco de Asis y el Papa León XIII, y cual debe ser el espíritu con el que se debe vivir esta devoción en estos tiempos.
La aparición de Nuestra Señora, sus palabras, su delicadeza y ternura, así como la visión del infierno, sobrellenaron el corazón de Jacinta, pues a partir de este año, 1917, el pensamiento de esta pequeña niña jamás volvería a ser el mismo.
La Cuaresma es un tiempo de penitencia para la conversión personal y una mayor identificación con Cristo crucificado. He aquí algunas ideas para que este importante tiempo se pueda vivir con mayores frutos espirituales.
Nuestros pecados tienen como efecto algunas penas que requieren purificación, la expiación es el remedio. Deben, por ello, los cristianos completar en su carne lo que falta a la pasión de Cristo.
El tercer secreto de Fátima habla de un ángel «con una espada de fuego en su mano izquierda» y «apuntando con su mano derecha hacia la tierra» mientras grita, «¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!» Pero, ¿cuál es el verdadero significado de este mensaje?
Es importante tener presente que es Dios mismo, a través del poder que otorgó a sus sacerdotes, quien perdona nuestros pecados cuando realizamos una confesión bien hecha.
La canonización de los hermanos Marto, decreta a Jacinta como la santa no mártir más joven de la historia de la Iglesia católica; sin embargo, no fue canonizada en virtud de las apariciones de Nuestra Señora.
Quienes ya se abstienen de comer carne los viernes, observando el mandamiento de la Iglesia, ahora tienen un sacrificio más que ofrecer a Dios, de de estación a estación. Conocé en qué consiste esta piadosa práctica litúrgica, hoy olvidada pero nunca abolida.
San Felipe Neri es el patrono de los educadores y humoristas. Muchos lo llamaban el Santo de la Alegría, también fue famoso por ser un gran confesor, pues trataba a sus penitentes de una manera muy particular.
San Francisco de Sales nos propone estas meditaciones para cada uno de los días de la Semana Santa. Meditemos en la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
San Juan Crisóstomo nos enseña que
existen ciertamente muchos, distintos y diferentes caminos de penitencia, y todos ellos conducen al Cielo. En este articulo citaremos 5 recomendaciones del santo.
Viernes penitencial para meditar en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Cada cristiano puede, desde su estado de vida, reparar las ofensas cometidas contra el Sagrado Corazón de Jesús.
El Padre Miguel profundiza sobre la práctica de la Limosna. Una de las tres prácticas penitenciales. «Arrepentíos y dad limosna» (Lc 12,33) nos dice el Señor.