La Cuaresma es un tiempo de penitencia para la conversión personal y una mayor identificación con Cristo crucificado. He aquí algunas ideas para que este importante tiempo se pueda vivir con mayores frutos espirituales.
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«Hay muchas batallas dentro de nosotros: la carne contra el espíritu, el espíritu contra la carne. Si en la lucha prevalecen los deseos de la carne, el espíritu perderá vergonzosamente su propia dignidad y esto será una gran desgracia. El rey que debe ser, se convertirá en esclavo. Si, en cambio, el espíritu se somete a su Señor, pone su alegría en lo que viene del cielo, desprecia los atractivos de las concupiscencias terrenas e impide que el pecado reine sobre su cuerpo mortal, la razón mantendrá el cetro que le corresponde» San León Magno.
1) Penitencias alimentarias:
– Cambiar la carne por pescado, huevos o queso.
– Comer menos arroz, frijoles, pan, pasta, para salir de la mesa con un poco de hambre.
– Eliminar todos los dulces, refrescos, chocolate y otras golosinas.
– En las comidas, añadir algo que resulte desagradable, como reducir la cantidad de sal o poner algún condimento que disminuya ligeramente el sabor de la comida.
– Come una verdura o verdura que no te gusta mucho.
– Disminuir o incluso eliminar las comidas intermedias (como la merienda).
– Beber café sin azúcar, o agua a una temperatura menos agradable.
– Reservar algún día de ayuno total o parcial.
2) Penitencias corporales:
(Sólo para ayudarnos a no perder el sentido del sacrificio a lo largo del día, salvo que estemos relajados, y conviene ser pequeños y discretos)
– Dormir sin almohada.
– Sentarse únicamente en sillas duras
– Reza una oración más larga de rodillas.
– No utilice ascensores ni escaleras mecánicas.
– Trabajar sin apoyarse en la silla.
– Cuidar la postura del cuerpo.
– Salga un poco antes del transporte público y camine parte del camino.
– Deje de usar el automóvil y use el transporte público.
3) Penitencias morales
(Son los más importantes)
– No para quejarnos de los contratiempos del día, sino para agradecer y alabar a Dios.
– Sonreír, incluso cuando haya mal ambiente.
– Moderar la frecuencia con las redes sociales, el teléfono y la computadora (reducir a algunas veces al día).
– Desactivar las notificaciones del teléfono.
– Hacer los servicios más incómodos en el hogar y en el trabajo, ayudando a los demás.
– Levantarse más temprano para orar.
– No escuches música en el coche.
– No ver la televisión, pero dedicar este tiempo a la lectura.
– No uses videojuegos si eres adicto.
– Haz algún trabajo voluntario.
– Orad más por los demás que por vosotros mismos.
– Reservar dinero para dar limosna, pero sobre todo atención a los mendigos.
– Habla bien de las personas a las que te gustaría criticar.
– Escuchar a personas incómodas sin interrumpirlas.
– Duerme a la hora prevista, aunque no te apetezca.
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Oración para la Cuaresma
Señor,
En esta Cuaresma,
tiempo de profundización en mi interior,
revisión y conversión,
enséñame a descender cada vez más
a donde tú estás: mi corazón.
¿Cómo “bajar” allí?
Por el silencio, encontrando tiempo para orar,
leyendo tu Palabra que significa tanto para mí,
por los Sacramentos,
especialmente la Confesión y la Santa Misa.
También por aceptar los contratiempos,
el peso de las circunstancias y la monotonía de la vida…
con la mirada puesta en Ti.
¡Señor, tú que estás en mi corazón,
ayúdame esta Cuaresma
a hacer un camino hacia mi interior,
a encontrarme allí contigo!
Beato Francisco Palau, carmelita