¿Por qué no rezas?
¿Realmente no tenemos tiempo? Tenemos tiempo para lo que queremos, pero no para hacer una parada y dedicar quince minutos a la oración, para ver cuál es el sentido profundo de todo lo que hago.
¿Realmente no tenemos tiempo? Tenemos tiempo para lo que queremos, pero no para hacer una parada y dedicar quince minutos a la oración, para ver cuál es el sentido profundo de todo lo que hago.
La diversión es necesaria con vistas a la acción, pues sólo el que de vez en cuando descansa del trabajo y se divierte podrá luego reemprenderlo con fuerzas renovadas. Sepa en qué consiste esta virtud, practicada por grandes santos, como Tomás de Aquino, Francisco de Sales y Don Bosco.
Es importante resaltar que la modestia no es un mero adorno superficial, sino la defensora de la virtud del pudor, que es la piel del alma que envuelve el misterio de la vida física y espiritual, mediante la custodia de los sentidos. La modestia nos protege en esos primeros pasos que no debemos dar y está relacionada con las virtudes mayores del pudor, la castidad, la virginidad y la fidelidad.
«Yo soy el Señor Dios tuyo», se desprende que yo soy criatura suya. ¡Y qué pequeño soy ante Dios! La oración, el diálogo con mi Creador, es para mí un deber y una necesidad, un honor y un privilegio.
No hemos de adorar a los ídolos, sino al Dios verdadero. Cumplamos de verdad el primer Mandamiento de su santa Ley: Yo soy el Señor Dios tuyo.
¿Sabéis quién ama de veras a Dios? El que, llamado por Dios en cualquier momento del día, en medio de cualquier ocupación, está preparado.
Decía San Francisco que mucho se alegra el demonio cuando el corazón de uno está triste; porque fácilmente le ahoga en la tristeza y desesperación. Al que anda triste y melancólico, el demonio lo lleva a caer en gran desconfianza y desesperación, como hizo con Caín y con Judas.
Los mayores asistimos a una verdadera degradación moral de la juventud, evidenciada en el desaforado consumo de drogas, alcohol y desenfrenada delincuencia. La falta de responsabilidad son tomados como pretextos para justificar los comportamientos y actitudes para con los demás.
El pecado venial deliberado es una transgresión consciente de un mandato divino cometido con pleno consentimiento de la voluntad en la materia: por ejemplo, una pequeña mentira, una falta de caridad o de la obediencia.
Hay, pues, Liberalismo, es decir, hay doctrinas liberales y hay obras liberales, y en consecuencia hay hombres, que son los que profesan aquellas doctrinas y practican estas obras.
Si Lucifer y los demás Ángeles malos no hubiesen caído en el pecado de orgullo, no existirían demonios, y, por consiguiente, nadie habría tentado a nuestros primeros padres, y así ellos hubieran tenido la suerte de perseverar.
En la literatura espiritual sobre la cruz de Cristo, que es muy abundante –ya desde San Pablo o San Juan, pasando por los Padres y los autores medievales y renacentistas–, no es fácil hallar una síntesis tan perfecta de la espiritualidad de la cruz, como lo es «Carta a los Amigos de la Cruz» de San Luis María Grignion de Montfort. Aquí les dejamos un extracto de esta brillante obra que transmite la verdadera esencia del cristiano, fundamentada en la Cruz de Cristo.
Cada vez que se produce un debate sobre la aprobación de una ley a favor del aborto, surgen voces dentro de la Iglesia asegurando que los que voten a favor de leyes así, especialmente en el caso de que sean diputados, ministros o presidentes del gobierno, quedan excomulgados. Pues bien, no es cierto.
Para entender la Virtud de la Templanza debemos leer a San Juan Pablo II, quien dice: «Un hombre templado es uno que es dueño de sí mismo. Aquel en quien las pasiones no prevalecen sobre la razón, la voluntad e incluso el “corazón”. ¡Un hombre que puede controlarse!
La acción divina, contra la acción diabólica, ha sido en todos tiempos la ocupación exclusiva de la Iglesia católica y de sus hijos.
En la actualidad existe una evidente crisis entorno a la afectividad y sexualidad del ser humano, ¿Qué tiene que ver esto con la paternidad responsable?
¿Cómo podemos liberarnos de otros vicios mayores si con algo tan simple como la puntualidad no podemos?
La historia de conversión de Luma Simms, madre de 5 hijos dañados por el divorcio, quien era protestante y se convirtió al catolicismo, conmocionó al mundo luego de sus tajantes declaraciones en el portal First Things:«La Iglesia Católica tiene una bella y rica doctrina sobre el matrimonio»
Ciertamente, todos tenemos aspectos positivos y es muy gratificante que la persona que amamos sepa que lo reconocemos. Pero no solo hoy, sino, muy a menudo, para que se haga costumbre.
La santificación es un trabajo de toda la vida y que requiere nuestro determinado esfuerzo. Nadie nace santo. Se consigue la santidad con mucho esfuerzo, pero también con la ayuda y la gracia de Dios. Todos, sin exclusión, están llamados a reproducir en sí mismos la vida y el ejemplo de Jesucristo, a caminar detrás de sus huellas.