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Vida eterna y progreso terrenal

(Mateo 10, 7-15) Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamente. No tengáis ni oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero es acreedor a su sustento.

Evangelio según san Mateo 10, 7-15

«Y de camino predicad diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios. Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamente. No tengáis ni oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero es acreedor a su sustento. Llegados a una ciudad o aldea, informaos de quien en ella es digno, y quedaos allí hasta vuestra partida. Al entrar a una casa decidle el saludo (de paz). Si la casa es digna, venga vuestra paz a ella; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si alguno no quiere recibiros ni escuchar vuestras palabras, salid de aquella casa o de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies. En verdad, os digo, que en el día del juicio (el destino) será más tolerable para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad».

Esta homilía apareció por primera vez aquí el 7 de Julio de 2021
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