Evangelio según san Mateo 10, 34-42
«No creáis que he venido a traer la paz sobre la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. He venido, en efecto, a separar al hombre de su padre, a la hija de su madre, a la nuera de su suegra; y serán enemigos del hombre los de su propia casa. Quien ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; y quien ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no s digno de Mí. Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de Mí. Quien halla su vida, la perderá; y quien pierde su vida por Mí, la hallará.
Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe, y quien me recibe a Mí, recibe a Aquel que me envió. Quien recibe a un profeta a título de profeta, recibirá la recompensa de profeta; quien recibe a un justo a título de justo, recibirá la recompensa del justo. y quienquiera diere de beber tan sólo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, a título de discípulo, en verdad os digo, no perderá su recompensa».