Madres santas, santos hijos
Sin duda, una de las más grandes vocaciones ,«sublime vocación» la llamaría el San Juan XXIII, es la de ser madre.
Sin duda, una de las más grandes vocaciones ,«sublime vocación» la llamaría el San Juan XXIII, es la de ser madre.
Tener una mascota es sencillo. Asegúrese de que se satisfagan sus necesidades básicas y todo estará bien. No se necesita nada heroico. Todavía puede experimentar las “cosas buenas” de la vida: una noche tranquila a solas, una noche en la ciudad o unas vacaciones extravagantes. Pero, cuando crías a un niño, las cosas son diferentes.
Muchas mujeres de nuestro tiempo viven justificándose cada vez que traen hijos al mundo y no es para menos, esta necesidad de disculparse cuando el cuerpo de una mujer hace lo que debe hacer de manera muy natural y física, o sea «quedar embarazada», está relacionada con la mentalidad anticonceptiva de nuestra época.
Marilú narra las desventuras de sus últimos 7 embarazos, y manifiesta sentirse «feliz y plena» a pesar de las muchas críticas.
Las mujeres están llamadas a encender la llama de lo divino en las almas de los hombres y los niños que ama. Están llamadas a revelar lo mejor del amor de Dios y a ofrecer a quienes los rodean las formas de encontrar ese amor.
El aborto no es la única opción para las víctimas de violación. Los bebés concebidos en violación no son menos bebés en la concepción que los concebidos entre un esposo amoroso y una esposa amorosa.
Un día, hace unos años, en Nueva Jersey, estaba parado en una plataforma de trenes esperando para tomar un tren hacia la ciudad de Nueva York. Al ver a mujeres jóvenes bien vestidas que esperaban en la plataforma, de camino al trabajo, pensé: ¿Cuántas de estas mujeres se están comprometiendo a una vida de devoción solitaria a Mammon, el dios del mundo, sin cosechar ninguno de los beneficios que surgirían de una vida dedicada al verdadero Dios?
Se ha propagado cada vez más la idea de que necesitamos liberar a la mujer de la presión social que la obliga a ser madre. ¿Pero sería verdaderamente una liberación? ¿O se trata, por el contrario, de una nueva esclavitud?
El feminismo se ha encargado de difundir en nuestros tiempos una idea equivocada sobre la maternidad y los hijos. Una fuerte propaganda que invita a las mujeres a disfrutar, sin mayores problemas, de su tiempo libre, de las oportunidades laborales y la «realización personal».