Amar a Dios sobre todas las cosas
(Marcos 12, 28-34) «Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, un solo Señor es. Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza»
(Marcos 12, 28-34) «Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, un solo Señor es. Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza»
(Lucas 14, 1- 7-11) «[…] cuando seas invitado, ve a ponerte en el último lugar, para que, cuando entre el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Y entonces tendrás honor a los ojos de todos los convidados. Porque el que se levanta, será abajado; y el que se abaja, será levantado»
(Lucas 14, 1-6) «¿Quién hay de vosotros, que viendo a su hijo o su buey caído en un pozo, no lo saque pronto de allí, aun en día de sábado?»
(Lucas 13, 31-35) «Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’»
(Lucas 13, 22-30) Díjole uno: «Señor, ¿los que se salvan serán pocos?» Respondióles: «Pelead para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os lo declaro, tratarán de entrar y no podrán […]».
(Lucas 13, 10-17) Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, queda libre de tu enfermedad». Y puso sobre ella sus manos, y al punto se enderezó y se puso a glorificar a Dios.
(Marcos 10, 46-52) Jesús le dijo: «¿Qué deseas que te haga?» El ciego le respondio: «¡Rabbuni, que yo vea!» Jesús le dijo: «¡Anda! tu fe te ha sanado»
(Lucas 13, 1-9) «Mira, tres años hace que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. ¡Córtala! ¿Por qué ha de inutilizar la tierra?»
(Marcos 10, 46-52 ) Jesús le dijo: «¿Qué deseas que te haga?» El ciego le respondio: «¡Rabbuni, que yo vea!» Jesús le dijo: «¡Anda! tu fe te ha sanado»
(Lucas 12, 54-59) Y eso sucede. Hipócritas, sabéis conocer el aspecto de la tierra y del cielo; ¿por qué entonces no conocéis este tiempo?
(Lucas 12, 49-53) «Fuego vine a echar sobre la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté encendido!»
(Lucas 12, 39-48) «¡Feliz ese servidor a quien el amo, a su regreso, hallará haciéndolo así!»
(Lucas 12, 35-38) «¡Felices esos servidores, que el amo, cuando llegue, hallará velando!»
(Marcos 10, 35-45) «[…] Porque también el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos»
(Lucas 11, 47-54) «¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron!».
(Lucas 11, 37-41) «¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio»
(Lucas 11, 29-32) «Perversa generación es ésta; busca una señal, mas no le será dada señal, sino la de Jonás. Porque lo mismo que Jonás fué una señal para los ninivitas, así el Hijo del hombre será una señal para la generación esta»
(Marcos 10, 17-30) «Una cosa te queda: anda, vende todo lo que posees y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; despues, vuelve, y sígueme, llevando la cruz»
(Lucas 11, 1-4) Les dijo: “Cuando oráis, decid: Padre, que sea santificado tu nombre; que llegue tu reino. Danos cada día nuestro pan supersubstancial”
(Lucas 10, 38-42) «¡Marta, Marta! tú te afanas y te agitas por muchas cosas. Una sola es necesaria. María eligió la buena parte, que no le será quitada»