La obediencia da fuerzas
(Lucas 5, 1-11) «Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no pescamos nada, pero, sobre tu palabra, echaré las redes»
(Lucas 5, 1-11) «Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no pescamos nada, pero, sobre tu palabra, echaré las redes»
(Lucas 4, 38-44) «[…] todos los que tenían enfermos, cualquiera que fuese su mal, se los trajeron, y Él imponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba»
(Lucas 4, 31-37) «¿Qué cosa es ésta que con imperio y fuerza manda a los espíritus inmundos, y salen?»
(Mateo 16, 21-27) «Entonces, dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere seguirme, renuncie a sí mismo, y lleve su cruz y siga tras de Mí. Porque el que quisiere salvar su alma, la perderá; y quien pierda su alma por mi causa, la hallará. Porque ¿De que sirve al hombre, si gana el mundo entero, mas pierde su alma?»
(Mateo 25, 1-13) «¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas […]»
(Mateo 24, 42-51) «¡Feliz el servidor aquel, a quien su señor al venir hallare obrando así! En verdad, os digo, lo pondrá sobre toda su hacienda»
(Mateo 23, 13-22) «Quien jura por el altar, nada importa; mas quien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado»
(Mateo 22, 1-14) «Las bodas están preparadas, mas los convidados no eran dignos. Id, pues, a las encrucijadas de los caminos, y a todos cuantos halléis, invitadlos a las bodas»
(Mateo 20, 1-6) «¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada?»
(Mateo 19, 23-30) «[…] Y todo el que dejare casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, recibirá el céntuplo y heredará la vida eterna»
(Mateo 19, 13-15) «Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos»
(Mateo 15, 21-28) «He ahí que una mujer cananea venida de ese territorio, dio voces diciendo: “¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio”».
(Mateo 18, 21—19, 1) Entonces arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: «Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo» Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda.
(Mateo 18, 1-5. 10. 12-14) «Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo»
(Mateo 17, 22-27) «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; y lo harán morir, y al tercer día resucitará»
(Mateo 16, 13-23) Díjoles: «Y según vosotros, ¿Quién soy Yo?» Respondiole Simón Pedro y dijo: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo»
(Mateo 14, 22-36) Y Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!» Al punto Jesús tendió la mano, y asió de él diciéndole: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»
(Mateo 14, 13-21) Y comieron todos y se saciaron y alzaron lo sobrante de los trozos, doce canastos llenos. Y eran los que comieron cinco mil varones, sin contar mujeres y niños.
(Mateo 14, 1-12) «El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel»
(Mateo 13, 54-58) «Un profeta no está sin honor sino en su país y en su familia».
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