«¿Quién ha tocado mis vestidos?»

(Marcos 5, 21-43) En el acto Jesús, conociendo en sí mismo que una virtud había salido de Él, se volvió entre la turba y dijo: «¿Quién ha tocado mis vestidos?». Respondiéronle sus discípulos: «Bien ves que la turba te oprime, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».

CONTENIDO EXCLUSIVO PARA MIEMBROS.

San Ireneo de Lyon, Obispo y Mártir

San Ireneo de Lyon, Doctor de la Iglesia

(Juan 7, 20-26) «Mas no ruego sólo por ellos, sino también por aquellos que, mediante la palabra de ellos, crean en Mí, a fin de que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti, a fin de que también ellos sean en nosotros, para que el mundo crea que eres Tú el que me enviaste»

«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»

(Marcos 4, 35-41) Lo despertaron diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Entonces Él se levantó, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla; sosiégate!» Y se apaciguó el viento y fué hecha gran bonanza. Después les dijo: «¿Por qué sois tan miedosos? ¿Cómo es que no tenéis fe?»

CONTENIDO EXCLUSIVO PARA MIEMBROS.

Rogar por nuestros enemigos

(Mateo 5, 43-48) «Amad a vuestros enemigos, y rogad por los que os persiguen, a fin de que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace levantar su sol sobre malos y buenos, y descender su lluvia sobre justos e injustos»

Las raices del mal

(Marcos 3, 20-35) «En verdad, os digo, todos los pecados serán perdonados a los hombres, y cuantas blasfemias dijeren; pero quien blasfemare contra el Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón y es reo de eterno pecado»

Vivir esperando la vida eterna

Vivir esperando la vida eterna

(Marcos 12, 18-27) «¿No erráis, acaso, por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios? Porque, cuando resuciten de entre los muertos, no se casarán (los hombres), ni se darán en matrimonio (las mujeres), sino que serán como ángeles en el cielo»

Solemnidad de Corpus Christi

(Marcos 14, 12-16. 22-26) Y mientras ellos comían, tomó pan, y habiendo bendecido, partió y dió a ellos y dijo: «Tomada éste es el cuerpo mío». Tomó luego un cáliz, y después de haber dado gracias dió a ellos; y bebieron de él todos. Y les dijo: «Ésta es la sangre mía de la Alianza, que se derrama por muchos. En verdad, os digo, que no beberé ya del fruto de la vid hasta el día aquel en que lo beberé nuevo en el reino de Dios»

Carrito de compra
WhatsApp