El que recibe a un sacerdote recibe a Cristo
(Juan 13, 16-20) «En verdad, en verdad, os digo, quien recibe al que Yo enviare, a Mí me recibe; y quien me recibe a Mí, recibe al que me envió»
(Juan 13, 16-20) «En verdad, en verdad, os digo, quien recibe al que Yo enviare, a Mí me recibe; y quien me recibe a Mí, recibe al que me envió»
(Juan 15, 9-17) «Vosotros sois mis amigos, si hacéis esto que os mando. Ya no os llamo más siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, sino que os he llamado amigos, porque todo lo que aprendí de mi Padre, os lo he dado a conocer»
(Juan 12, 44-50) «El que cree en Mí, no cree en Mí, sino en Aquel que me envió; y el que me ve, ve al que me envió[…]»
(Juan 10, 22-30) «Ya se lo he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas[…]»
(Marcos 16, 15-20) «Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado»
(Juan 10, 1-10) «Cuando ha hecho salir todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque conocen su voz. Mas al extraño no le seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños»
(Juan 6, 60-69) «He ahí por qué os he dicho que ninguno puede venir a Mí, si esto no le es dado por el Padre»
(Juan 6, 52-59) «Este es el pan bajado del cielo, no como aquel que comieron los padres, los cuales murieron. El que come este pan vivirá eternamente»
(Juan 6, 44-51) «Yo soy el pan, el vivo, el que bajó del cielo. Si uno come de este pan vivirá para siempre, y por lo tanto el pan que Yo daré es la carne mía para la vida del mundo»
(Juan 6, 35-40) «Porque ésta es la voluntad del Padre: que todo aquel que contemple al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna; y Yo lo resucitaré en el último día»
(Juan 6, 30-35) «Soy Yo el pan de vida; quien viene a Mí, no tendrá más hambre, y quien cree en Mí, nunca más tendrá sed»
(Juan 6, 22-29) «En verdad, en verdad, os digo, me buscáis, no porque visteis milagros, sino porque comisteis de los panes y os hartasteis. Trabajad, no por el manjar que pasa, sino por el manjar que perdura para la vida eterna, y que os dará el Hijo del hombre, porque a Éste ha marcado con su sello el Padre, Dios»
(Juan 6, 16-21) Pero Él les dijo: «No tengáis miedo». Entonces se decidieron a recibirlo en la barca, y en seguida la barca llegó a la orilla, adonde querían ir.
(Juan 14, 6-14) «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto»
(Juan 3, 13-17) «En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna»
(Juan 6, 1-15) Se acomodaron, pues, los varones, en número como de cinco mil. Tomó, entonces, Jesús los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados, y también del pescado, cuanto querían.
(Mateo 10, 22-25) «El discípulo no es mejor que su maestro, ni el siervo mejor que su amo. Basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo ser como su amo[…]»
(Juan 3, 31-36) El que viene de lo alto, está por encima de todos. Quien viene de la tierra, es terrenal y habla de lo terrenal. Aquel que viene del cielo está por encima de todos.
(Mateo 13, 54-58) «¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero?[…]»
(Juan 3, 7-15) «Si cuando os digo las cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las cosas del cielo?. Nadie ha subido al cielo, sino Aquel que descendió del cielo, el Hijo del hombre»