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Nuevas invocaciones Marianas en las Letanías Lauretanas

El Papa Francisco dispuso que las invocaciones Marianas «Mater Misericordiae», «Mater Spei» y «Solacium migrantium» sean incorporadas a las letanías Lauretanas que se rezan al final del Santo Rosario.
El Rosario Mariano

El 20 de junio, Fiesta de la Inmaculada Concepción, el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y su secretario, el Arzobispo Arthur Roche, dieron a conocer la disposición del Papa Francisco de añadir nuevas invocaciones marianas a las Letanías Lauretanas a través de una carta dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo.

La nota señala que a lo largo de los siglos, los cristianos han utilizado innumerables invocaciones y títulos para invocar a la Virgen María, «como el camino privilegiado y seguro hacia el encuentro con Cristo».

«Discerniendo este sentimiento y acogiendo los deseos expresados», explica la Congregación, «el Supremo Pontífice, el Papa Francisco, quiere disponer que, en el formulario de las letanías de la Santísima Virgen María, conocidas como: “Las Letanías Lauretanas, se inserten estas tres nuevas invocaciones»:

  • Mater misericordiae (Madre de Misericordia).
  • Mater spei (Madre de Esperanza).
  • Solacium migrantium (Consuelo de los migrantes).

Según las instrucciones dadas por el Vaticano, el lugar que debe corresponder a cada una de las nuevas invocaciones son las siguientes:

  • «Madre de la misericordia» debe insertarse después de «Madre de la Iglesia»,
  • «Madre de la esperanza« después de «Madre de la Divina Gracia»,
  • «Consuelo de los migrantes« después de «Refugio de los pecadores».

«Son incontables los títulos e invocaciones que la piedad cristiana, a lo largo de los siglos, ha reservado a la Virgen María, camino privilegiado y seguro para el encuentro con Cristo», escribió en la carta el Cardenal Robert Sarah y el Arzobispo Arhur Roche, Prefecto y Secretario del Dicasterio del Vaticano.

Por otro lado explicaron que, «También en el tiempo presente, atravesado por motivos de incertidumbre y desconcierto, el recurso devoto a ella, lleno de afecto y confianza, es particularmente sentido por el pueblo de Dios.

Oraciones nacidas de los «desafíos» de la vida

Aunque antiguas, las letanías –llamadas «Lauretanas» del Santuario de la Santa Casa de Loreto que las hizo famosas— tienen una fuerte conexión con los momentos de la vida de la Iglesia y la humanidad. Así lo afirman los dirigentes del Culto Divino, subrayando que «incluso en la época actual, marcada por razones de incertidumbre y desconcierto», el recurso «lleno de afecto y confianza» a la Virgen «es particularmente sentido por el pueblo de Dios». Monseñor Arthur Roche reiteró a Vatican News este vínculo entre la espiritualidad y la concreción del tiempo, de la vida cotidiana.

A lo largo de los siglos se han añadido al menos 7 nuevas invocaciones a María en las Letanías. El Papa San Juan Pablo II añadió «Madre de la Iglesia» en 1980, y «Reina de las familias» en 1995. El Papa Francisco ha añadido ahora tres más.

Las Letanías Lauretanas (versión actual)

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Madre de Cristo, ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Madre de misericordia, ruega por nosotros.
Madre de la divina gracia, ruega por nosotros.
Madre de esperanza, ruega por nosotros.
Madre purísima, ruega por nosotros.
Madre castísima, ruega por nosotros.
Madre siempre virgen, ruega por nosotros.
Madre inmaculada, ruega por nosotros.
Madre amable, ruega por nosotros.
Madre admirable, ruega por nosotros.
Madre del buen consejo, ruega por nosotros.
Madre del Creador, ruega por nosotros.
Madre del Salvador, ruega por nosotros.
Madre de misericordia, ruega por nosotros.
Virgen prudentísima, ruega por nosotros.
Virgen digna de veneración, ruega por nosotros.
Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros.
Virgen poderosa, ruega por nosotros.
Virgen clemente, ruega por nosotros.
Virgen fiel, ruega por nosotros.
Espejo de justicia, ruega por nosotros.
Trono de la sabiduría, ruega por nosotros.
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.
Vaso espiritual, ruega por nosotros.
Vaso digno de honor, ruega por nosotros.
Vaso de insigne devoción, ruega por nosotros.
Rosa mística, ruega por nosotros.
Torre de David, ruega por nosotros.
Torre de marfil, ruega por nosotros.
Casa de oro, ruega por nosotros.
Arca de la Alianza, ruega por nosotros.
Puerta del cielo, ruega por nosotros.
Estrella de la mañana, ruega por nosotros.
Salud de los enfermos, ruega por nosotros.
Refugio de los pecadores, ruega por nosotros.
Consuelo de los migrantes, ruega por nosotros.
Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Reina de los Profetas, ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros.
Reina de los Mártires, ruega por nosotros.
Reina de los Confesores, ruega por nosotros.
Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Reina de todos los Santos, ruega por nosotros.
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
Reina asunta a los Cielos, ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros.
Reina de la familia, ruega por nosotros.
Reina de la paz. ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración: Te rogamos Señor, Dios nuestro, nos concedas gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

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