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La Letanía que Sor Faustina escribió a Jesús Eucaristía

Inspirada por Dios y su gran amor a la Eucaristía, Sor Faustina escribió una bellísima Letanía de alabanza a Jesús presente en el Santísimo Sacramento. Letanía que te invitamos a rezar y meditar durante tu Hora Santa.

Sor Faustina tenía una total confianza en la Santa Eucaristía y con ella podría sostenerse en medio de las dificultades que experimentaba, y encontrar el camino para cumplir con su vocación única:  “Me veo tan débil que si no tuviera la Santa Comunión, caería continuamente; una sola cosa me sostiene y es la Santa Comunión. De ella tomo fuerza, en ella está mi fortaleza. Temo la vida si algún día no recibo la Santa Comunión. Tengo miedo de mí misma. Jesús oculto en la Hostia es todo para mí. Del tabernáculo tomo fuerza, poder, valor y luz; es aquí donde busco alivio en los momentos de tormento. No sabría cómo glorificar a Dios si no tuviera la Eucaristía en mi corazón”. (Diario, 1037).

Santa Faustina fue una de las grandes místicas del siglo XX y registró sus asombrosas experiencias sobrenaturales en su  famoso diario, el Diario de Sor Faustina, un libro altamente recomendado. En un pasaje, explica el camino santo en el que pasó las últimas horas de 1934: en una intensa oración ante Cristo en la Eucaristía. Entonces, cuando el reloj dio la medianoche, ¡estalló en una letanía de alabanza a Jesús en la Eucaristía!

Sor Faustina narra como ocurrió aquel extraordinario momento de donde surgió tan bella oración:

“(1934 – 1935. Víspera del Año Nuevo) Recibí el permiso de no acostarme, sino de orar en la capilla. Una de las hermanas me pidió ofrecer por ella una hora de adoración. Le contesté que sí y rogué por ella una hora entera. Durante la oración Dios me dio a conocer cuánto esta pequeña alma le era agradable.

La segunda hora de la adoración la ofrecí por la conversión de los pecadores y, especialmente, estuve compensando a Dios por las ofensas del momento actual: ¡cuánto Dios es ofendido!
La tercera hora la ofrecí según la intención de mi Padre espiritual, pedí con fervor la luz para él en un asunto particular. Por fin dieron las doce, la última hora del año; terminé en nombre de la Santísima Trinidad y también en nombre de la Santísima Trinidad empecé la primera hora del Año Nuevo. Pedí a cada Persona la bendición y con gran confianza miré hacia el Año Nuevo, que seguramente no escatimaría sufrimientos”.

Luego pronunció esta Letanía a la Santísima Eucaristía.

Oh Bendita Hostia, en quien está contenido el testimonio de la misericordia de Dios para con nosotros, y especialmente para los pobres pecadores.

Oh Santísima Hostia, en quien está contenido el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesús como prueba de infinita misericordia para nosotros, y especialmente para los pobres pecadores.

Oh Santísima Hostia, en quien está contenida la vida eterna y de infinita misericordia, dispensada en abundancia a nosotros y especialmente a los pobres pecadores.

Oh Hostia Bendita, en quien está contenida la misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo hacia nosotros, y especialmente hacia los pobres pecadores.

Oh Bendita Hostia, en quien está contenido el precio infinito de la misericordia que compensará todas nuestras deudas, y especialmente las de los pobres pecadores.

Oh Hostia Bendita, en quien está contenida la fuente de agua viva que brota de infinita misericordia para nosotros, y especialmente para los pobres pecadores.

Oh Hostia Bendita, en quien se encierra el fuego del más puro amor que brota del seno del Padre Eterno, como de un abismo de infinita misericordia por nosotros, y especialmente por los pobres pecadores.

Oh Hostia Bendita, en quien está contenida la medicina para todas nuestras enfermedades, que fluye de la misericordia infinita, como de una fuente, para nosotros y especialmente para los pobres pecadores.

Oh Bendita Hostia, en quien se encierra la unión entre Dios y nosotros por Su infinita misericordia para con nosotros, y especialmente para los pobres pecadores.

Oh Santísima Hostia, en quien están contenidos todos los sentimientos del dulcísimo Corazón de Jesús hacia nosotros, y especialmente los pobres pecadores.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en todos los sufrimientos y adversidades de la vida.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de la oscuridad y de las tormentas internas y externas.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en la vida y en la hora de nuestra muerte.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de las adversidades y las inundaciones de desesperación.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de la falsedad y la traición.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de las tinieblas y la impiedad que inundan la tierra.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en el anhelo y el dolor en el que nadie nos entenderá.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en el trabajo y la monotonía de la vida cotidiana.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de la ruina de nuestras esperanzas y esfuerzos.

Oh Bendita Hostia, nuestra única esperanza en medio de los estragos del enemigo y los esfuerzos del infierno.

Oh Bendita Hostia, confío en Ti cuando las cargas están más allá de mis fuerzas y descubro que mis esfuerzos son infructuosos.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando las tormentas agitan mi corazón y mi espíritu temeroso tiende a la desesperación.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando mi corazón está a punto de temblar y un sudor mortal humedece mi frente.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando todo conspira contra mí y la negra desesperación se infiltra en mi alma.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando mis ojos comiencen a oscurecerse ante todas las cosas temporales y, por primera vez, mi espíritu contemple los mundos desconocidos.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando mis tareas estén más allá de mis fuerzas y la adversidad se convierta en mi destino diario.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando la práctica de la virtud me resulte difícil y mi naturaleza se vuelva rebelde.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando me dirijan golpes hostiles.

Oh Bendito Hostia, confío en Ti cuando mis esfuerzos y esfuerzos sean mal juzgados por otros.

Oh Bendita Hostia, en Ti confío cuando Tus juicios resuenen sobre mí; entonces confiaré en el mar de tu misericordia.

Después de registrar la oración en su diario, terminó la entrada de esa fecha con este pensamiento: «No entiendo cómo es posible no confiar en Aquel que puede hacer todas las cosas. Con Él, todo; sin Él, nada. El es el Señor. No permitirá que los que han depositado toda su confianza en él sean avergonzados».

¡Reza la Letanía a la Santísima Eucaristía en tu Hora Santa!

Oración Delante del Santísimo Sacramento por Santa Faustina Kowalska

Te adoro, Creador y Señor, oculto en el Santísimo Sacramento.
Te adoro por todas las obras de tus manos, en las cuales se me revela tanta sabiduría,
bondad y misericordia.
Oh Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me habla de tu belleza,
aunque es sólo un pálido reflejo de ti, Belleza incomprensible.
Y aunque te has escondido y ocultado, y has ocultado tu belleza,
mi ojo iluminado por la fe, llega hasta ti y mi alma reconoce a su Creador,
a su bien supremo y mi corazón se sumerge completamente en una plegaria de adoración.

Mi Creador y Señor, tu bondad me animó a conversar contigo.
Tu misericordia hace que desaparezca el abismo que separa al Creador de la criatura.
Hablar contigo, oh Señor, es el deleite de mi corazón.
En ti encuentro todo lo que mi corazón puede desear.
Aquí tu luz ilumina mi mente permitiéndole conocerte cada vez más profundamente.
Aquí los torrentes de las gracias fluyen sobre mi corazón, aquí mi alma obtiene la vida eterna. Oh mi Creador y Señor, además de ofrecerme estos dones, tú mismo te entregas a mí y te unes íntimamente a tu criatura.
Aquí nuestros corazones se entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz de interrumpir nuestra conversación.
Su tema es nuestro secreto que otras criaturas desconocerán (…)
Son los perdones secretos que conocemos sólo Jesús y yo,
es el misterio de su misericordia que abraza a cada alma individualmente.
Por esta inconcebible bondad tuya, te adoro, Creador y Señor,
con todo mi corazón y toda mi alma.
Esta adoración mía es muy miserable y pequeña, no obstante estoy serena,
porque sé que tú sabes que ella es sincera aunque tan imperfecta. Amén.

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2 comentarios en “La Letanía que Sor Faustina escribió a Jesús Eucaristía”

  1. Maria Adelina Martinez de Saldivar

    Gloria y alabanza a Ti Señor Jesús ????! Bendita Misericordia Divina, que todo la puede !!! Te amo mi Dios, te ruego que no ocultes tu Rostro de mi cuando decae la Esperanza en mi ! Amén!!!

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