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La religión falsificada

(Marcos 3, 1-6) Mas Él mirándolos en derredor con ira, contristado por el endurecimiento de sus corazones, dijo al hombre: «Alarga la mano». Y la alargó, y la mano quedó sana.


Evangelio según San Marcos 3, 1-6

Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía seca la mano. Y lo observaban, para ver si lo curaría en día de sábado, a fin de poder acusarlo. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: «Ponte de pie en medio».

Después les dijo: «¿Es lícito, en día de sábado, hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?» Pero ellos callaban. Mas Él mirándolos en derredor con ira, contristado por el endurecimiento de sus corazones, dijo al hombre: «Alarga la mano». Y la alargó, y la mano quedó sana. Y salieron los fariseos en seguida y deliberaron con los herodianos sobre cómo hacerlo morir.

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Esta homilía apareció por primera vez aquí el 17 de Enero de 2023
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