Evangelio según san Marcos 16, 15-20
Y les dijo: «Id por el mundo entero, predicad el Evangelio a toda la creación. Quien creyere y fuere bautizado, será salvo; mas, quien no creyere, será condenado. Y he aquí los milagros que acompañarán a los que creyeren: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán las serpientes; y si bebieren algo mortífero no les hará daño alguno; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán».
Y el Señor Jesús, después de hablarles, fué arrebatado al cielo, y se sentó a la diestra de asistiéndolos el Señor y confirmando la palabra con los milagros que la acompañaban.
San Blas, obispo y mártir
San Blas, obispo y mártir, que, por ser cristiano, padeció en tiempo del emperador Licinio en la ciudad de Sebaste, en Armenia.
Murió en el 316. Cuando las persecuciones comenzaron bajo el Emperador Diocleciano (284 – 305). San Blas huyó a una caverna donde cuidó algunos animales salvajes. Años más tarde, fue encontrado por cazadores que lo llevaron preso hasta el gobernador Agrícola, de Capadocia, en la baja Armenia, esto mientras se seguían las persecuciones del Emperador Licinius Lacianianus (308-324). San Blas fue torturado con hierros candentes y después fue decapitado.
La costumbre de bendecir las gargantas en su día continúa hasta hoy, las velas se utilizan en las ceremonias conmemorativas. Son utilizadas para recordar el hecho que la madre de un niño curado por San Blás, las llevaba para él a la prisión.
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Tomado de Heraldospy.org
Esta homilía apareció por primera vez aquí el 3 de Febrero de 2021.
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