Matrimonio, uno con una, para siempre
(Marcos 10, 1-12) «Dios los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»
(Marcos 10, 1-12) «Dios los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»
«¿Qué es lo más esencial para el matrimonio?» debe haber dos respuestas: una desde la perspectiva de su función natural, a saber, promover la raza humana «creciendo y multiplicándose», y la otra desde la perspectiva de su función sobrenatural, que emana y concierne a la unión nupcial de Cristo y la Iglesia.
(Mateo 19, 3-12) «A causa de la dureza de vuestros corazones, os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Mas Yo os digo, quien repudia a su mujer salvo el caso de adulterio, y se casa con otra, comete adulterio, y el que se casa con una repudiada, comete adulterio»
Celia Guérin y Luis Martin cuya memoria conjunta se celebra en la fecha de su boda, 12 de julio, son un matrimonio que supieron alcanzar la santidad en medio del dolor y las alegrías de los asuntos familiares.
El diablo ha declarado una guerra abierta contra el celibato, el matrimonio y la Eucaristía. ¿El por qué? Lucifer odia la virginidad consagrada y el celibato sacerdotal porque este carisma y estado de vida es el más intrínsecamente opuesto al orgullo que provocó su caída, su eterna pérdida de la bienaventuranza, su condenación.
En un tiempo en el que las mascotas son tratadas como «niños» y los bebés son considerados como algo «molesto o incómodo», este testimonio de un padre nos abre los ojos a una realidad obvia, pero para muchos olvidada: ¡los animales no son personas!
Urge hablar de santidad dentro del matrimonio en nuestros tiempos. El Hno. Rodrigo Carezolli nos explica el sacramento del matrimonio desde el punto de vista de la santidad.
Marilú narra las desventuras de sus últimos 7 embarazos, y manifiesta sentirse «feliz y plena» a pesar de las muchas críticas.
«Durante el estado de enamoramiento quedan notablemente alteradas las facultades perceptivas y deductivas en todo lo que se refiere a la persona amada. Los defectos que existan en dichas personas no se perciben, las cualidades se subliman. La mente ya no está equilibrada sino profundamente inclinada hacia el objeto del amor». Es por ello que el P. Jorge Loring deja estos consejos a los jóvenes que desean contraer santo matrimonio.
Mujer y varón tienen diferente habilidad para diversas tareas
El noviazgo es un tiempo para examinarse a sí mismo, implorando para ello la luz de Dios.
¿Puede haber momento más importante para implorar la ayuda de Dios como el momento de escoger esposo o esposa? Dice un refrán ruso: «¿Te vas a la guerra? Reza una vez. ¿Te embarcas? Reza dos veces. ¿Te casas? Reza tres veces».
Es hora de recordar una verdad de fe «incomoda», incomprendida pero nunca tan necesaria como hoy: la vida consagrada es la «mejor parte». E incluso aquellos que se casaron tienen mucho que aprender de ello.
No menos que aquellos «muertos para el mundo», los cristianos que «viven en el mundo» también deben ser pobres en espíritu, puros de corazón y obedientes a la palabra de Dios y a la Iglesia.
En su discurso del 26 de Junio de 1940 a los recién casados, el venerable Papa Pío XII señalaba el remedio para la restauración de la familia y la sociedad cristiana: la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
En la vida en común hay que saber actuar con corazón, pero también con inteligencia y buen humor. El amor y las buenas intenciones son un buen punto de partida para que haya armonía en la convivencia matrimonial, pero es natural que en el día a día salgan a relucir los defectos del carácter y otras actitudes personales que pueden afectar la relación.
Hay que compartir gustos, ideas, valores. No basta que los cuerpos estén juntos, si las almas están separadas.
¿Estás listo para casarte?: los obispos de Estados Unidos quieren que tengas un matrimonio feliz
El matrimonio es para toda la vida, y lo que lo hace una aventura maravillosa es precisamente ese mandato de «uno con una para toda la vida». Cuando esto está claro, las crisis conyugales se convierten siempre en oportunidades para crecer juntos.
Las cualidades de las que habla el obispo Thomas valen por igual para los matrimonios jóvenes como para los que llevan décadas casados.
¿Cómo hacer para que no eduquen a nuestros hijos como idiotas morales? ¡Viviendo con templanza! La templanza grita a los padres: «moderen el despilfarro, tengan austeridad
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