Gratitud por la cruz
(Marcos 8, 34–9, 1) «El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga»
(Marcos 8, 34–9, 1) «El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga»
(Marcos 8, 22-26) «Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan»
(Marcos 8, 14-21) «¿Por qué estáis pensando en que no teneis panes? ¿No comprendéis todavía? ¿No caéis en la cuenta? ¿Tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos, no veis; y teniendo oídos, no oís? Cuando partí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántos canastos llenos de pedazos recogisteis?
(Marcos 8, 11-13) «¿Por qué esta raza exige una señal? En verdad, os digo, ninguna señal será dada a esta generación»
(Lucas 6, 17. 20-26) «[…] ¡Ay cuando digan bien de vosotros todos los hombres! porque lo mismo hicieron sus padres con los falsos profetas»
(Marcos 8, 1-10) «Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí, y no tiene nada qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, les van a faltar las fuerzas en el camino; porque los hay que han venido de lejos»
(Marcos 7, 31-37) Y en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo hizo bien: hace oír a los sordos, y hablar a los mudos»
(Lucas 10, 1-9) «La mies es grande, y los obreros son pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies […]»
(Marcos 7, 24-30) Ella le contestó diciendo: «Sí, Señor, pero también los perritos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos». Entonces Él le dijo: «¡Anda! Por lo que has dicho, el demonio ha salido de tu hija»
(Marcos 7, 14-23) «Lo que procede del hombre, eso es lo que mancha al hombre».
(Marcos 7, 1-13) Porque Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre», y: «Quien maldice a su padre o a su madre, sea muerto»
(Juan 2, 1-11) «Su madre dijo a los sirvientes: “Cualquier cosa que Él os diga, hacedla”»
(Marcos 6, 53-56) «Apenas salieron de la barca, lo conocieron, y recorrieron toda esa región; y empezaron a transportar en camillas los enfermos a los lugars donde oían que Él estaba»
(Lucas 10, 38-42) «¡Marta, Marta! tú te afanas y te agitas por muchas cosas. Una sola es necesaria. María eligió la buena parte, que no le será quitada»
(Lucas 5, 1-11) «Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no pescamos nada, pero, sobre tu palabra, echaré las redes»
(Marcos 6, 14-29) «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso las virtudes obran en Él»
(Marcos 6, 7-13) «Dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta el momento de salir del lugar. Y si en algún lugar no quieren recibiros y no se os escucha, salid de allí y sacudid el polvo de la planta de vuestros pies para testimonio a ellos»
(Mateo 28, 16-20) «Jesús se acercó a ellos y les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»
(Marcos 6, 1-6) «No hay profeta sin honor sino en su tierra, entre sus parientes y en su casa»
(Lucas 9, 23-26) «Si alguno quiere venir en pos de Mí, renúnciese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame»