
La Realeza de Cristo y la Apostasía del mundo moderno
Durante una conferencia magistral titulada «La Realeza de Cristo y la Apostasía del Mundo Moderno» el R.P. Alfredo Sáenz, sacerdote jesuita, teólogo y prolífico autor argentino, manifestó que en esta época que nos ha tocado vivir debemos ir a la reconquista de los espacios perdidos. A la reconquista del Cristianismo y de la Cristiandad. «Es necesario que Cristo reine. Y que reine no sólo en los corazones de los individuos sino también en el orden temporal».

El decálogo y la vida terrena
¿Qué quiere, pues, el Decálogo? Que tengamos mirada católica, oído católico, lengua católica, manos católicas, pies católicos y corazón católico. ¿Queremos vivir? ¿Deseamos aquí abajo una vida tranquila y feliz? Para ello no hay otro camino que el que señaló el Señor: el cumplimiento de la Ley de Dios.

Tony Stark, un hombre de hierro
La victoria del que se sacrifica. Tony Stark, un hombre de hierro Más de uno de nuestros lectores habrá escuchado

La belleza de las mujeres salvará al mundo
Las mujeres están llamadas a encender la llama de lo divino en las almas de los hombres y los niños que ama. Están llamadas a revelar lo mejor del amor de Dios y a ofrecer a quienes los rodean las formas de encontrar ese amor.

San Agustín y su enseñanza sobre las dos ciudades
San Agustín, siguiendo a San Pablo nos enseña que, así como Cristo es la cabeza de la Ciudad de Dios y el demonio es cabeza de la ciudad terrena, del mismo modo hay dos pueblos: el de los hombres que ponen su fin en la tierra esperando todo de ella, y el de los hombres que todo lo esperan del espíritu. Los que tienen su corazón en la tierra y los que lo tienen en las cosas del cielo.

Enseñanzas del Cura de Ars para la lucha contra el mal
El Santo Cura de Ars nos recuerda que las tentaciones son necesarias en la vida del hombre para recordarle su pequeñez y volcar su confianza en Dios. Por ello, nos recomienda tres cosas que son absolutamente necesarias en la hora de luchar contra la tentación: la Oración, para aclararnos; los Sacramentos, para fortalecernos; y la Vigilancia para preservarnos.