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(Juan 3, 14-21) «Y como Moisés, en el desierto, levantó la serpiente, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado. Para que todo el que cree tenga en Él vida eterna»
(Juan 3, 14-21) «Y como Moisés, en el desierto, levantó la serpiente, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado. Para que todo el que cree tenga en Él vida eterna»
CONTENIDO EXCLUSIVO PARA MIEMBROS.
(Lucas 18, 9-14) El publicano, por su parte, quedándose a la distancia, no osaba ni aún levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Oh Dios, compadécete de mí, el pecador»
(Marcos 12, 28-34) «Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, un solo Señor es. Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza»
(Mateo 5, 17-19) «No vayáis a pensar que he venido a abolir la Ley y los Profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar cumplimiento»
(Lucas 4, 24-30) «En verdad, os digo, ningún profeta es acogido en su tierra»
(Juan 2, 13-25) «Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre un mercado»
(Lucas 15, 1-3. 11-32) «[...] porque este hijo mío estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado»
(Mateo 21, 33-46) «... El reino de Dios os será quitado, y dado a gente que rinda sus frutos. Y quien cayere sobre esta piedra, se hará pedazos; y a aquel sobre quien ella cayere, lo hará polvo»
(Lucas 16, 19-31) «Os digo: a todo el que tiene, se le dará; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado»
(Mateo 20, 17-28) Mas Jesús repuso diciendo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz, que Yo he de beber?»
(Mateo 23, 1-12) «El mayor entre vosotros sea servidor de todos. Quien se elevare, será abajado; y quien se abajare, será elevado»
(Lucas 6, 36-38) «Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro padre. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; absolved, y se os absolverá»
(Marcos 9, 2-10) Vino, entonces, una nube que los cubrió con su sombra, y de la nube una voz se hizo oír: «Éste es mi Hijo, el Amado. ¡Escuchadlo!»
(Mateo 5, 43-48) «[...] Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto»
(Mateo 5, 20-26) «[...] Ponte en paz, sin tardar, con tu adversario mientras vas con el por el camino, no sea que él te entregue al juez y el juez al alguacil; y te pongan en la cárcel. En verdad te digo, que no saldrás de allí sin que hayas pagado hasta el último centavo»
(Mateo 7, 7-12) «Si, pues, vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que le pidan!»
(Mateo 16, 13-19) «Bienaventurado eres, Simón Bar-Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre celestial. Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella [...]»
(Lucas 11, 29-32) «Perversa generación es ésta; busca una señal, mas no le será dada señal, sino la de Jonás»
(Mateo 25, 31-46) «Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna»
(Marcos 1, 12-15) «El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio»
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