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Los Evangelistas representados en el arte católico 

¿Por qué a los 4 Evangelistas se les representan como a un ángel, un león, un buey y un águila? Tradicionalmente se suele representar a los Evangelistas en el arte católico mediante cuatro símbolos representativos. A finales del siglo II, fue Ireneo de Lyon el primero que relacionó el tetramorfo con los Evangelios y señaló que el león expresaba el concepto de realeza, el buey de sacrificio, el hombre de la Encarnación y el águila del Espíritu que sostiene la Iglesia.
Los Evangelistas representados en el arte católico 

Por PrimerosCristianos.com

Los cuatro autores de los Evangelios (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) han sido relacionados simbólicamente con los cuatro seres vivientes del Apocalipsis 4,7:
«El primer Viviente, como un león; el segundo Viviente, como un novillo; el tercer Viviente tiene un rostro como de hombre; el cuarto viviente es como un águila en vuelo».

Símbolos de los evangelistas previstos por el profeta Ezequiel. También se aplican a los evangelistas las características de los cuatro personajes que el profeta Ezequiel (VI a.C.), contempló en una visión, cuando se encontraba en Babilonia, predicando a los judíos que allí vivían en condición de esclavos. En tal visión, cada uno de los personajes presentaba su propio tipo de rostro: de hombre, de león, de toro y de águila. (Ez. 1, 10)

Tradicionalmente se suele representar a los cuatro evangelistas mediante cuatro símbolos.
El orden en el que aparecen en el Nuevo Testamento son:

– El ángel (un hombre con alas): Mateo.
– El león: Marcos.
– El buey: Lucas.
– El águila: Juan.

En los primeros siglos de la Iglesia, tales símbolos fueron atribuidos a cada uno de los evangelistas, en función del contenido de las primeras palabras de su Evangelio.

Evangelistas y tetramorfos

Un tetramorfos (del griego τετρα, tetra, “cuatro”, y μορφη, morfé, “forma”) es una representación iconográfica de un conjunto formado por cuatro elementos. La más extendida de estas es cristiana, que los asocia con los cuatro evangelistas.

San Mateo se simbolizó con un ángel (un hombre con alas) porque su evangelio comienza con la lista de los antepasados de Jesús, el Mesías: Mt 1,1-16. Esta lista es de gran valor para este evangelio porque presenta a Jesús como hijo de David (el más importante de los reyes) e hijo de Abrahán (el padre del pueblo de Dios).

San Juan es representado por un águila, la mirada dirigida al sol, porque su evangelio se abre con la contemplación del Jesús-Dios: Jn 1,1.

Vision de ezequiel - Los Evangelistas representados en el arte católico 

El evangelio de Juan fue el último en aparecer, y no se escribió en pocos días. Lo escribieron los discípulos de Juan. Una de las características del Jesús del evangelio de Juan es esta: el Maestro nos conoce a cada uno de nosotros mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos: Jn 1,48. Poco más adelante dice que Jesús «no necesitaba que le informasen de nadie, pues él conocía muy bien el interior del hombre» (Jn 2,25).

El águila se considera el «pájaro solar», imagen del fuego, de la altitud, de la profundidad y de la luz; es el ave que posee una vista penetrante, comparable al «ojo que todo lo ve», capaz de elevarse por encima de las nubes y de mirar fijamente el sol, por lo que simboliza todo estado trascendente, la potencia más elevada, la contemplación, el genio y el heroísmo.

Es el símbolo de la ascensión espiritual, que la mantiene elevada en las alturas. El Evangelio de Juan, al que Clemente de Alejandría llamó «evangelio espiritual», es el más profundo, simbólico, contemplativo y teológico de los cuatro y, en tal sentido, el que se eleva sobre los demás. El de Juan es el único evangelio no sinóptico. Según san Ireneo de Lyon es el signo del Espíritu que hace sobrevolar su gracia sobre la Iglesia.

San Lucas se ha simbolizado mediante un buey o un toro porque su evangelio comienza con la visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes, terneros y ovejas.
El evangelio de san Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas.

Si en el evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de las comunidades que siguieron a Jesús. El libro de los Hechos termina llegando Pablo a Roma, ciudad que, para Lucas, representa «los confines del mundo».

San Marcos se simboliza con un león porque su evangelio comienza con la predicación del Bautista en el desierto, donde había animales salvajes.

Su evangelio fue el primero en escribirse (en la década de los años 60 después de Cristo) y sirvió como texto de catequesis para los que se preparaban para recibir el bautismo.
El de san Mateo s el evangelio más corto y el hecho de que comience presentando a san Juan Bautista en el desierto es muy importante.

Para los judíos, el pueblo de la Biblia, el desierto representaba y significaba, entre otras cosas, el lugar donde se fraguan todos los nuevos proyectos. Esto es lo que hizo el pueblo de Dios cuando salió de la esclavitud de Egipto.

Los Evangelios sinópticos.

Los Evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas son llamados de sinópticos. La palabra griega synopse significa síntesis o resumen de una obra, que da una idea de su conjunto.

Se aplica a estos tres Evangelios, porque tienen en común el mismo marco general, o sea, si fuesen dispuestos los contenidos de esos Evangelios en columnas, se notan fácilmente sus semejanzas. Los textos no son idénticos pero siguen un mismo esquema general.

El Evangelio de San Juan no está comprendido en este cuadro sinóptico, pues adopta un esquema enteramente original, el cual focaliza de modo más profundo los aspectos doctrinarios de las enseñanzas de Cristo.

Ireneo de Lyon (finales del siglo II) fue el primero que relacionó el tetramorfo con los Evangelios y señaló que el león expresaba el concepto de realeza, el buey de sacrificio, el hombre de la Encarnación y el águila del Espíritu que sostiene la Iglesia.

San Jerónimo (finales del siglo IV) fue quien asoció los «animales» con los evangelistas: el evangelio de Mateo empieza con la Encarnación y está simbolizado por el ángel; Marcos empieza con la figura del Bautista, “Voz que clama en el desierto», potente y solitaria como el rugido de un león; Lucas pone el acento en el tema del sacrificio, por lo que se le asigna el toro; Juan realiza con su Evangelio un vuelo espiritual similar al de un águila. Tal vez es sólo una casualidad que los evangelios sean cuatro; sin embargo, este número se presta a una larga serie de correlaciones: por ejemplo, cuatro son los ríos del Paraíso, los profetas mayores del antiguo Testamento, los doctores de la Iglesia, las partes del mundo, los temperamentos humanos, las Virtudes y los puntos cardinales (Arte y simbología religiosa)

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