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Fiesta de la conversión de San Pablo, Apóstol

(Marcos 16, 15-18) «Pero es más fácil que el cielo y la tierra pasen, y no que se borre una sola tilde de la Ley»

Evangelio según San Marcos 16, 15-18

Jesús dijo: «Id por el mundo entero, predicad el Evangelio a toda la creación. Quien creyere y fuere bautizado, será salvo; mas, quien no creyere, será condenado. Y he aquí los milagros que acompañarán a los que creyeren: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán las serpientes; y si bebieren algo mortífero no les hará daño alguno; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán».

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Fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol

Viajando hacia Damasco, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino, eligiéndole para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo (c. 67).

“Y sucedió que, al llegar cerca de Damasco, de súbito le cercó una luz fulgurante venida del cielo, y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se levantó Saulo del suelo y , abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió” (Act. 9, 3-9).

Tres días tuvo San Pablo para rumiar su derrota y hacerse cargo en su interior de lo que había pasado. Y luego, el bautismo. Un cambio de vida, cambio de obras, cambio de pensamiento, de ideales y proyectos. Su carácter apasionado tomará el rumbo ahora marcado sin trabas humanas posibles su rendición fue sin condiciones y con el afán de llevar a su pueblo primero y al mundo entero luego la alegría del amor de Dios manifestado en Cristo.

El relato es del historiador Lucas, buen conocedor de su oficio. Se lo había oído veces y veces al mismo protagonista. No hay duda. Vio él mismo al resucitado; y lo dirá más veces, y muy en serio a los de Corinto. Por ello fue capaz de sufrir naufragios en el mar y persecuciones en la tierra, y azotes, y hambre y cárcel y humillaciones y críticas, y juicios y muerte de espada; por ello hizo viajes por todo el imperio, recorriéndolo de extremo a extremo. Y no creas que se lamentaba; le ilusionaba hacerlo porque sabía que en él era mandato más que ruego; el dolor y sufrimiento más bien los tuvo como credenciales y las heridas de su cuerpo las pensaba como garantía de la victoria final en fidelidad ansiada.

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Tomado de Santopedia.com

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Esta homilía apareció por primera vez aquí el 25 de Enero de 2021
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1 comentario en “Fiesta de la conversión de San Pablo, Apóstol”

  1. Gracias Padre Guillermo, hoy me siento identificada con Paulo, cuando cayó del caballo por el resplandor de la luz (Crito), con este acto Pablo es despojarse de su ser perfecto, el que se consideraba el justo cayó el velo de su soberbia . Hoy comienza una nueva etapa en mi vida como Pablo descubro que “Cristo vive en mi”, no vivo yo en Cristo. Y me siento realmente te su hija amada.

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