Santa Lucía, Virgen y Mártir
(Mateo 25,1-13) «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió y dijo: «En verdad, os digo, no os conozco”. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora»
(Mateo 25,1-13) «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió y dijo: «En verdad, os digo, no os conozco”. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora»
La patrona de las jóvenes, de la pureza, de las novias y de las prometidas en matrimonio, tiene mucho que enseñarnos. A tan corta edad supo demostró un alto nivel de madures y un amor sublime a nuestro Señor Jesucristo. En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio.
Santa Águeda, que poseía una belleza singular, se mantuvo firme e íntegra en su fe durante su martirio, dando testimonio y haciendo profesión pública de su fe en Cristo. A esta joven mártir le tocó vivir la persecución en tiempos de Decio, quien solo deseaba el exterminio total de los cristianos. Su testimonio es ejemplo de heroísmo y de santidad en nuestros tiempos.