La Virgen de Fátima y el Santo Rosario
(Marcos 16, 15-20) «Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado»
(Marcos 16, 15-20) «Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado»
(Lucas 1, 26-38) «No temas, María, porque has hallado gracia cerca de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su, reinado no tendrá fin»
(Juan 2, 1-11) «Su madre dijo a los sirvientes: “Cualquier cosa que Él os diga, hacedla”»
(Juan 2, 1-11) «Esta primera señal milagrosa la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria y sus discípulos creyeron en él»
(Lucas 2, 16-21) «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del niño»
(Lucas 1, 39-45) «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno! ¿Y de dónde me viene, que la madre de mi Señor venga a mí?[…]»
(Lucas 1, 39-45) «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno!, ¿y de dónde me viene, que la madre de mi Señor venga a mí?»
(Lucas 1, 26-38) «Salve, llena de gracia; el Señor es contigo» Al oír estas palabras, se turbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
(Lucas 1, 39-48) «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno! ¿Y de dónde me viene, que la madre de mi Señor venga a mí?»
(Lucas 1, 26-38) «No temas, María, porque has hallado gracia cerca de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús»
(Lucas 1, 26-38) Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida en matrimonio a un varón, de nombre José, de la casa de David ; y el nombre de la virgen era María.
(Lucas 11, 27-28) «Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica»
(Lucas 11, 27-28) «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!»
(Lucas 1, 39-47) En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
(Lucas 1, 26-38) «Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra»
(Lucas 1, 39-56) «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?»
(Mateo 13, 16-17) «¡Felices de vuestros ojos porque ven, vuestros oídos porque oyen!»
(Mateo 12, 46-50) «He aquí a mi madre y mis hermanos. Quienquiera que hace la voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, hermana o madre»
(Lucas 2, 41-51) «[…] su madre conservaba todas estas palabras en su corazón»
(Lucas 1, 39-56) «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.»