San Francisco de Asís, Fundador
(Mateo 11, 25-30) «Tomad sobre vosotros el yugo mío, y dejaos instruir por Mí, porque manso soy y humilde en el corazón; y encontrareis reposo para vuestras vidas»
(Mateo 11, 25-30) «Tomad sobre vosotros el yugo mío, y dejaos instruir por Mí, porque manso soy y humilde en el corazón; y encontrareis reposo para vuestras vidas»
El alma y la vida de San Francisco de Asís, «el Pregonero del gran Rey», fueron las de un intrépido apóstol e insigne misionero de su siglo. No fue un predicador profesional. No tenía los estudios teológicos necesarios para emprender la predicación dogmática, el Papa sólo le permitió predicar la moral de la penitencia cristiana. ¡Y con qué maravilloso poder de convicción trató este tema!
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