San Vicente de Paúl, Presbítero
(Mateo 9, 35-38) «Jesús dijo a sus discípulos: “La mies es grande, mas los obreros son pocos. Rogad pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”»
(Mateo 9, 35-38) «Jesús dijo a sus discípulos: “La mies es grande, mas los obreros son pocos. Rogad pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”»
(Juan 13, 16-20) «En verdad, en verdad, os digo, quien recibe al que Yo enviare, a Mí me recibe; y quien me recibe a Mí, recibe al que me envió»
«Cuando se quiere destruir la religión, se comienza atacando al sacerdote, porque donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde ya no hay sacrificio, no hay más religión. Todas las buenas obras en el mundo juntas no son equivalentes al sacrificio de la Misa, porque son las obras de los hombres, y la Santa Misa es la obra de Dios. No se puede recordar un solo beneficio de Dios sin encontrar, junto a ese recuerdo, la imagen del sacerdote», decía el Cura de Ars.
La oración, la dedicación y la humildad fueron las tres armas con las que San Juan Bautista María Vianney configuró su vida y alcanzó la santidad. En él se ha cumplido lo que dijo San Pablo: «Dios ha escogido lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir a los grandes». Pidamos al Santo Patrono de los Sacerdotes y Párrocos que conceda a cada uno de ellos, un profundo amor a la Eucaristía y celo por la salvación de las almas.
Como hijos de la Iglesia es nuestro deber rezar por la santificación de los sacerdotes del mundo entero. Roguemos al dueño de la mies, que a ejemplo del Santo Cura de Ars, provea a su Iglesia de santos y valientes sacerdotes.
(Lucas 6, 1-5) «¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres»
Los sacerdotes y las monjas, al renunciar al matrimonio terrenal, son un testimonio vivo de que esta vida no es la última palabra. El hábito religioso y eclesiástico es una voz que grita en el desierto de nuestro materialismo y dice: «¡Hay otro mundo!», «¡Hay vida sobrenatural!», «¡No estamos hechos para esta vida!»
Los sacerdotes tienen una misión muy grande en la Iglesia. Por eso debemos ayudarlos muchísimo para que la cumplan. Pero no te olvides que tú también tienes una misión en la Iglesia. Cómo dice el final del video: Dios tiene un plan para ti, para hacerte feliz.
El testimonio vocacional del padre Juanjo Martínez Tur es impresionante. Él pasó del comunismo ateo radical a predicar desde el ambón como sacerdote.
El 4 de agosto recordamos la memoria de San Juan María Vianney, más conocido como el Cura de Ars.