El Sacerdote según San Juan María Vianney

El Sacerdote según San Juan María Vianney

«Cuando se quiere destruir la religión, se comienza atacando al sacerdote, porque donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde ya no hay sacrificio, no hay más religión. Todas las buenas obras en el mundo juntas no son equivalentes al sacrificio de la Misa, porque son las obras de los hombres, y la Santa Misa es la obra de Dios. No se puede recordar un solo beneficio de Dios sin encontrar, junto a ese recuerdo, la imagen del sacerdote», decía el Cura de Ars.

La humildad y la perseverancia del Santo Cura de Ars

La humildad y la perseverancia del Santo Cura de Ars

La oración, la dedicación y la humildad fueron las tres armas con las que San Juan Bautista María Vianney configuró su vida y alcanzó la santidad. En él se ha cumplido lo que dijo San Pablo: «Dios ha escogido lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir a los grandes». Pidamos al Santo Patrono de los Sacerdotes y Párrocos que conceda a cada uno de ellos, un profundo amor a la Eucaristía y celo por la salvación de las almas.

¿Por qué «el sacerdote y la monja no se casan»?

¿Por qué el sacerdote y la monja no se casan?

Los sacerdotes y las monjas, al renunciar al matrimonio terrenal, son un testimonio vivo de que esta vida no es la última palabra. El hábito religioso y eclesiástico es una voz que grita en el desierto de nuestro materialismo y dice: «¡Hay otro mundo!», «¡Hay vida sobrenatural!», «¡No estamos hechos para esta vida!»

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