Solemnidad de Pentecostés
(Juan 20, 19-23) «Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonareis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos»
(Juan 20, 19-23) «Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonareis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos»
(Juan 20, 19-23) «¡Paz a vosotros! Como mi Padre me envió, así Yo os envío». Y dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonareis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos».
Espíritu del Señor llena la Tierra: Es en la transformación ardiente de cada cristiano que va adelante para traer calor y luz a un mundo frío y oscuro. Así arroja el Señor fuego sobre la tierra. ¡ Así es como el Espíritu del Señor llena el orbe de la Tierra, en la vida de los santos
El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Es Dios con el Padre y el Hijo y con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, como señala desde antiguo el Símbolo Niceno-Constantinopolitano.
En la Solemnidad de Pentecostés la Iglesia otorga la posibilidad de ganar indulgencia plenaria.
Antes del cónclave, donde se elegirá al nuevo Papa, mientras los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina se entonan la Letanía de los Santos; cuando todos los cardenales ingresan y se colocan en sus respectivos lugares escuchamos una melodía sublime y bella. Es el «Veni Creator Spiritus», un Himno que invoca la presencia del Espíritu Santo.
Preparémonos para la gran fiesta de Pentecostés, oremos y reflexionemos en torno a este misterio de amor.
La Pascua, tiempo de alegría y gozo. Es la Pascua de Cristo, del Señor, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa. Aquí le presentamos unas preguntas que lo ayudarán a entender este gran misterio que celebramos con júbilo.