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El Espíritu Santo viene como lenguas de fuego y viento recio

Espíritu del Señor llena la Tierra: Es en la transformación ardiente de cada cristiano que va adelante para traer calor y luz a un mundo frío y oscuro. Así arroja el Señor fuego sobre la tierra. ¡ Así es como el Espíritu del Señor llena el orbe de la Tierra, en la vida de los santos
El Espíritu Santo viene como lenguas de fuego y viento recio

¡Qué maravillosa y desafiante Solemnidad celebramos en Pentecostés! Una fiesta como esta nos desafía porque pone fin a una vida cristiana perezosa, somnolienta y tibia. El Señor Jesús dijo a los apóstoles: «Fuego he venido a echar en la tierra» (Lucas 12:49). Esta es una fiesta sobre ese fuego transformador, refinador, purificador que el Señor quiere encender en nosotros.

Por Mons. Charles Pope
Editado y Adaptado por Formacioncatolica.org

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Fijándonos concretamente en el contenido litúrgico de la fiesta de Pentecostés, vemos que se desarrollan dos temas centrales: el cumplimiento definitivo de la Nueva Alianza entre Dios y los hombres, entre el Padre y sus hijos, por mediación de Jesucristo y en el Espíritu Santo; y la manifestación de la Iglesia, ante el mundo, fundada con la Palabra y la Sangre del Redentor, y garantizada por el testimonio del Espíritu Santo, quien impulsa a los Apóstoles a predicar «las maravillas de Dios» y a dar sus vidas para participar plenamente en la Resurrección de Jesucristo.

Consideremos dos aspectos de esta Solemnidad

La lectura de Hechos 2 habla del Espíritu Santo usando dos imágenes: viento impetuoso y lenguas de fuego. 

Domingo de Pentecostés
Lecturas de Misa:
Hechos 2:1-11
Salmo 104:1, 24, 29-30, 31, 34
1 Corintios 12:3b-7, 12-13 o
Romanos 8:8-17
Juan 20, 19-23

Viento fuerte

Fíjese cómo el texto de hoy de Hechos dice que «vino del cielo un estruendo como de un fuerte viento que soplaba, y llenó toda la casa en que estaban». La raíz del significado de la palabra «espíritu» se refiere al aliento. Esto se conserva en la palabra «respiración», que es el acto de respirar. Así que el Espíritu de Dios es el aliento de Dios. Génesis 1:2 dice que Dios insufló su propio aliento (Espíritu) en Adán. Pero Adán perdió este don al pecar y murió espiritualmente. Por lo tanto, vemos en este pasaje de Hechos una asombrosa y maravillosa resurrección de la persona humana cuando estos primeros cristianos experimentan el viento impetuoso del Espíritu de Dios que les devuelve la vida espiritual. El Espíritu Santo viene a habitar en nosotros una vez más como en un templo (1 Corintios 3:16). 

Lenguas de fuego

El texto de Hechos luego dice: «Entonces se les aparecieron lenguas como de fuego, que se partieron y se posaron sobre cada uno de ellos». La Biblia habla a menudo de Dios como fuego o en términos de fuego: Moisés lo vio como una zarza ardiente. Dios sacó al pueblo de Egipto a través del desierto como una columna de fuego. Moisés subió a un monte Sinaí de fuego, donde estaba Dios. Así es que nuestro Dios, que es Fuego Santo, viene a morar en nosotros por medio de Su Espíritu Santo, y nos refina quemando nuestros pecados y purificándonos. 

Dios también nos está preparando para el juicio, porque si él es un Fuego Santo, ¿quién podrá soportar el día de su venida? Sólo lo que ya es fuego. Por tanto, debemos ser inflamados por el amor de Dios y ser llevados a la temperatura de la gloria. Él nos purifica y nos prepara para encontrarnos con Aquel que es Fuego Santo.

Así es como el Espíritu del Señor llena la Tierra: Es en la transformación ardiente de cada cristiano que va adelante para traer calor y luz a un mundo frío y oscuro.

La Propagación por el Espíritu 

En la respuesta del Salmo de hoy cantamos: «Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra». En la práctica, ¿cómo hace esto el Señor? Tal vez una imagen ayude a ilustrar. Mi iglesia parroquial está dedicada al Espíritu Santo bajo el título de «Santo Consolador». Las paredes del triforio están pintadas de rojo español, y sobre este gran lienzo también están pintados más de 20 santos, las representaciones nos rodean como una gran nube de testigos (Hebreos 12:1). Sobre la cabeza de cada imagen santa hay una lengua de fuego. 

Entonces, así es como el Espíritu del Señor llena la Tierra: Es en la transformación ardiente de cada cristiano que va adelante para traer calor y luz a un mundo frío y oscuro. Así arroja el Señor fuego sobre la tierra. ¡ Así es como el Espíritu del Señor llena el orbe de la Tierra, en la vida de los santos (y en tu vida y en la mía)!

¡Bendito Pentecostés para todos! 

A partir de Pentecostés se reanuda otra vez la serie de los Domingos ordinarios, per annum, hasta el comienzo del Adviento.

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