Evangelio según San Juan 3, 1-8
Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, principal entre los judíos. Vino de noche a encontrarle y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro, porque nadie puede hacer los milagros que Tú haces, si Dios no está con él». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad, te digo, si uno no nace de lo alto, no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le dijo: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Puede acaso entrar en el seno de su madre y nacer de nuevo?». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad, te digo, si uno no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos. Lo nacido de la carne, es carne; y lo nacido del espíritu, es espíritu. No te admires de que te haya dicho: “Os es necesario nacer de lo alto”. El viento sopla donde quiere; tú oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni adónde va. Así acontece con todo aquel que ha nacido del espíritu».
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Esta homilía apareció por primera vez aquí el 12 de Abril de 2021.
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